La humildad intelectual es un tipo particular de humildad que tiene que ver con creencias, ideas o visiones del mundo. No se trata sólo de creencias religiosas; puede manifestarse en opiniones políticas, diversas actitudes sociales, áreas de conocimiento o experiencia o cualquier otra convicción fuerte. Tiene dimensiones tanto internas como externas.
Dentro de ti, la humildad intelectual implica conciencia y propiedad de las limitaciones y prejuicios de lo que sabes y cómo lo sabes. Requiere voluntad de revisar tus puntos de vista a la luz de pruebas sólidas.
Interpersonalmente, significa mantener tu ego bajo control para poder presentar tus ideas de manera modesta y respetuosa. Requiere presentar tus creencias de manera que no sean defensivas y admitir cuando te equivocas. Implica demostrar que te importa más aprender y preservar las relaciones que tener “razón” o demostrar superioridad intelectual.
Otra forma de pensar sobre la humildad intelectual o de otro tipo, es tener el tamaño adecuado en cualquier situación dada: no demasiado grande (lo cual es arrogancia), pero tampoco demasiado pequeño (lo cual es autodesprecio).
Los cuatro aspectos principales de la humildad intelectual incluyen ser:
- De mentalidad abierta, evitando dogmatismos y estando dispuesto a revisar sus creencias.
- Curioso, buscando nuevas ideas, formas de expandirse y crecer, y cambiando de opinión para alinearse con evidencia sólida.
- Realista, reconociendo y admitiendo tus defectos y limitaciones, viendo el mundo como es y no como deseas que sea.
- Enseñable, respondiendo sin ponerse a la defensiva y cambiando su comportamiento para alinearse con nuevos conocimientos.
La humildad intelectual suele ser un trabajo duro, especialmente cuando hay mucho en juego.
Comenzando con la admisión de que tu, como todos los demás, tiene sesgos y defectos cognitivos que limitan cuánto uno sabe, la humildad intelectual podría parecer un interés genuino en conocer las creencias de tu pariente durante una conversación en una reunión familiar, en lugar de esperar. para que terminen y puedas demostrarles que están equivocados compartiendo tu opinión (superior).
Podría parecer como considerar los méritos de un punto de vista alternativo sobre un tema político candente y por qué personas respetables e inteligentes podrían no estar de acuerdo contigo. Cuando abordas estas discusiones desafiantes con curiosidad y humildad, se convierten en oportunidades para aprender y crecer.
Por qué la humildad intelectual es un activo
Es difícil nadar contra normas culturales que premian tener razón y castigan los errores. Se necesita trabajo constante para desarrollarlo, pero la ciencia psicológica ha documentado numerosos beneficios.
En primer lugar, hay que considerar los avances sociales, culturales y tecnológicos. Cualquier avance significativo en medicina, tecnología o cultura proviene de alguien que admite que no sabía algo y luego busca apasionadamente el conocimiento con curiosidad y humildad. El progreso requiere admitir lo que no sabes y buscar aprender algo nuevo.
Las relaciones mejoran cuando las personas son intelectualmente humildes. Las investigaciones han descubierto que la humildad intelectual se asocia con una mayor tolerancia hacia las personas con las que no se está de acuerdo.
Por ejemplo, las personas intelectualmente humildes aceptan más a las personas que tienen diferentes puntos de vista religiosos y políticos . Una parte central de esto es la apertura a nuevas ideas, por lo que la gente se muestra menos a la defensiva ante perspectivas potencialmente desafiantes. Es más probable que perdonen, lo que puede ayudar a reparar y mantener las relaciones.
Finalmente, la humildad ayuda a facilitar el crecimiento personal. Ser intelectualmente humilde te permite tener una visión más precisa de ti mismo.
Cuando puedas admitir y hacerte cargo de tus limitaciones, podrás buscar ayuda en áreas en las que tienes espacio para crecer y eres más receptivo a la información. Cuando te limitas a hacer las cosas como siempre las has hecho, pierdes innumerables oportunidades de crecimiento, expansión y novedad: cosas que te asombran, te llenan de asombro y hacen que valga la pena vivir la vida.
La humildad puede desbloquear la autenticidad y el desarrollo personal.
La humildad no significa ser una presa fácil
A pesar de estos beneficios, a veces la humildad tiene mala reputación. La gente puede tener conceptos erróneos sobre la humildad intelectual, por lo que es importante disipar algunos mitos.
A la humildad intelectual no le falta convicción; puedes creer algo firmemente hasta que cambias de opinión y crees en otra cosa. Tampoco es ser indeciso. Debes tener un listón alto sobre qué pruebas necesitas para cambiar de opinión. Tampoco significa ser autocrítico o estar siempre de acuerdo con los demás.
Los investigadores están trabajando arduamente para validar formas confiables de cultivar la humildad intelectual.
Algunos académicos están examinando diferentes formas de participar en debates y otros están explorando el papel de mejorar la escucha. Otros están probando programas educativos y otros están analizando si diferentes tipos de retroalimentación y exposición a diversas redes sociales podrían aumentar la humildad intelectual.
El trabajo previo en esta área sugiere que se puede cultivar la humildad, por lo que los especialistas están entusiasmados de ver cuáles emergen como las vías más prometedoras de este nuevo esfuerzo.
Fuente: The Conversation