Una nueva investigación publicada en Cognition revela que la exposición repetida no sólo hace que las personas sean más propensas a creer que la información es verdadera, sino que también recuerdan falsamente haberla conocido de antemano.
El «efecto de verdad» demuestra cómo la exposición repetida a una declaración puede influir significativamente en nuestra creencia en su veracidad, independientemente de su exactitud real. La facilidad con la que nuestro cerebro procesa estas declaraciones repetidas (un concepto conocido como fluidez de procesamiento) a menudo se interpreta erróneamente como una señal de verdad.
Este efecto adquiere mayor importancia con la proliferación de noticias falsas a través de las redes sociales, donde se comparte repetidamente contenido sensacionalista y cargado de emociones, independientemente de su veracidad. Las plataformas en línea explotan el efecto de la verdad, incorporando información errónea más profundamente en la conciencia pública. Las ilusiones de memoria y conocimiento, incluida la amnesia de la fuente, complican aún más las cosas al hacer que las personas crean que recuerdan o conocen información falsa de fuentes creíbles.
Los investigadores Felix Speckmann y Christian Unkelbach reclutaron a 194 participantes que evaluaron 50 declaraciones de trivia en el Experimento 1. Durante la fase de presentación, a cada participante se le mostraron 25 de las 50 declaraciones en orden aleatorio. A esta fase le siguió la fase de juicio, donde los participantes revisaron tanto las declaraciones vistas anteriormente como 25 declaraciones nuevas adicionales. Se les pidió que indicaran si conocían la información de cada afirmación antes del estudio. Las declaraciones cubrieron varios temas y fueron ordenadas por dificultad.
Los participantes tenían significativamente más probabilidades de informar que conocían las declaraciones repetidas de antemano en comparación con las declaraciones nuevas. Este efecto fue consistente en diferentes niveles de dificultad, lo que indica que la repetición influye sustancialmente en la familiaridad percibida de declaraciones verdaderas.
El Experimento 2 reflejó el diseño del Estudio 1, pero todas las afirmaciones eran objetivamente falsas (por ejemplo, “El golf se llamaba originalmente mintonette”). Incluyó a 191 participantes que evaluaron su conocimiento previo de 50 afirmaciones triviales falsas, nuevamente divididas en 25 repetidas y 25 nuevas. El estudio examinó la ilusión de conocimiento preguntando si los participantes sabían que las afirmaciones eran falsas.
Hubo un aumento pequeño pero significativo en la creencia de que sabían de antemano que las declaraciones falsas repetidas eran falsas en comparación con las declaraciones nuevas. Esto sugiere que la repetición también puede mejorar la convicción de reconocer información falsa como familiar.
El Experimento 3 reclutó a 197 participantes, siguiendo el mismo procedimiento básico que el Estudio 1, pero agregó una fase en la que se pidió a los participantes que especificaran la fuente de su conocimiento después de indicar que conocían una afirmación (es decir, «Lo leí en un libro; lo leí en un periódico/revista; lo escuché en la radio; lo vi en la televisión; lo leí/lo vi en internet; lo escuché de alguien; no recuerdo cómo lo sé»). El objetivo era explorar si proporcionar una fuente podría llevar a los participantes a reconsiderar su juicio «conocido» inicial.
El efecto de repetición persistió y los participantes informaron con mayor frecuencia conocimiento previo de declaraciones repetidas. Sin embargo, muy pocos participantes cambiaron de opinión acerca de conocer una afirmación cuando se les pidió que citaran una fuente, lo que indica una fuerte ilusión de efecto de conocimiento reforzada por una atribución de fuente plausible pero incorrecta.
El Experimento 4 replicó el diseño del Estudio 3 pero con 191 participantes evaluando las afirmaciones falsas del Experimento 2, con el objetivo de eliminar cualquier influencia del conocimiento real. Después de que los participantes consideraran conocida una declaración, se les preguntó dónde habían oído o visto esta información antes. Al igual que en otros estudios, era más probable que las declaraciones repetidas se informaran como conocidas.
El estudio también señaló que las correcciones en las que los participantes reconocían no conocer una afirmación después de todo eran raras, lo que destaca aún más la fuerza del efecto de ilusión de conocimiento incluso cuando las afirmaciones eran objetivamente incorrectas.
Como conclusión se puede decir que es posible que el entorno controlado del estudio no capture completamente las complejidades de la memoria y la formación de conocimientos en la vida cotidiana.
Fuente: Cognition
Articulo original: Titulo: “Illusions of knowledge due to mere repetition”. Autores: Felix Speckmann y Christian Unkelbach.