Cómo la presión arterial alta afecta la salud mental

Cómo la presión arterial alta afecta la salud mental

Un estudio reciente del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas (MPI CBS) en Leipzig, Alemania, ahora muestra los vínculos entre la presión arterial más alta y los síntomas depresivos, el bienestar y la actividad cerebral relacionada con las emociones que pueden ser relevantes para el desarrollo de la hipertensión.

Varios estudios ya han reportado un vínculo entre la salud mental y la hipertensión, con resultados mixtos o incluso contradictorios.

En su estudio, los investigadores de MPI CBS han analizado profundamente la relación entre la salud mental, la presión arterial más alta y la hipertensión en personas de 60 años, utilizando extensos datos psicológicos, médicos y de imágenes de la población de edad avanzada.

«Para obtener respuestas estadísticamente sólidas, utilizamos el tamaño de muestra extremadamente grande del Biobanco del Reino Unido con más de 500,000 participantes en el estudio. Pudimos demostrar que una presión arterial más alta se asocia con menos síntomas depresivos, mayor bienestar y menor actividad cerebral relacionada con las emociones, lo cual es sorprendente al principio, pero puede explicarse por nuestros otros hallazgos», informa Lina Schaare, primera autora del estudio.

Curiosamente, los investigadores también encuentran que la amenaza de la presión arterial alta (hipertensión) está relacionada con una peor salud mental, incluso años antes de que se diagnostique la hipertensión.

«En la clínica, observamos que los afectados a menudo se sienten cansados así como fatigados y luego no toman sus medicamentos contra la presión arterial más alta, porque esto también afecta su estado de ánimo», explica Arno Villringer, quien dirige el Departamento de Neurología de MPI CBS quien es el coautor del estudio.

«Por otro lado, sospechamos que en las personas que se sienten bien mentalmente con presión arterial temporalmente más alta, el aprendizaje por refuerzo en última instancia contribuye al desarrollo de la presión arterial alta permanente.

Esto se debe a que el umbral del dolor también aumenta con la presión arterial más alta. Esto se aplica no solo al dolor físico, sino también al dolor social o al mayor estrés. Así que soportan el dolor o el estrés y luego, diez años después, se les diagnostica hipertensión».

Los investigadores creen que estos hallazgos sientan las bases para un nuevo pensamiento sobre el vínculo entre la salud mental y las causas de la hipertensión.

Para las enfermedades generalizadas de depresión e hipertensión, tal cambio de perspectiva podría permitir nuevos enfoques de terapia y prevención que se centren en la interacción de la salud mental y física.

Fuente: Instituto Max Planck

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