¿Por qué se siente uno arrepentido y qué se puede hacer al respecto?.
Si mira hacia atrás en el transcurso de su vida, ¿siente que ha aprovechado cada oportunidad que se le presentó? O, ¿está viviendo con el peso del arrepentimiento? No importa lo bien logrado que sea, es cierto que todos experimentan la dura realidad de saber que no tomaron medidas para buscar algo que querían para sí mismos.
¿Hay alguna otra manera, realmente? Estas son las realidades inevitables de vivir una vida compleja, una vida llena de altibajos. Y tal vez, en teoría, hay un pequeño grupo de personas que viven vidas de remordimientos. Pero para la gran mayoría de nosotros, el arrepentimiento es algo real que tenemos que enfrentar. Entonces, ya sea que uno se lamente por haber hecho algo que desearíamos no haber hecho o uno se pierde de hacer algo que desearíamos haber hecho, el arrepentimiento es una emoción universal. No es de extrañar que los psicólogos hayan tomado un gran interés en el tema.
El estudio del remordimiento va más allá de las oportunidades perdidas y las acciones lamentables. Recientemente, los investigadores han comenzado a explorar el vínculo entre el arrepentimiento y el autoconcepto general de una persona. Han empezado a hacer preguntas como: ¿Tiene una idea clara de quién es usted y si está cumpliendo con la persona que quiere ser? ¿Está viviendo su vida de una manera que cumple sus deberes y responsabilidades con los demás?
Este tipo de preguntas motivaron un estudio reciente. Los científicos propusieron que los remordimientos más duraderos de una persona tienen más probabilidades de derivarse de las discrepancias entre el yo real y el «ideal», más que entre el yo real y el de «debería ser». En pocas palabras, es mucho más probable que piense en todo lo que podría haber sido que en todo lo que debería haber sido.
Una mirada más cercana a la teoría de la auto-discrepancia
La distinción entre los “podrías” y los “deberías” se relaciona con la forma en que uno repartió su sentido del yo.
De acuerdo con el psicólogo Edward Higgins, el sentido de sí de una persona se compone de tres componentes: real, ideal y deber ser.
El «yo real» es su propio concepto básico de sí mismo, su representación de los rasgos y cualidades que cree que posee. Su «yo ideal» es la representación de los atributos que le gustaría tener idealmente, ya sea relacionado con sus metas, deseos, etc. futuros. Por último, su «deber ser» es su representación de las cualidades que cree que debería poseer, basado en deberes y obligaciones que están arraigados socialmente.
Cuando hay una discrepancia entre cualquiera de estos yos, es inevitable que surjan varias emociones negativas. Específicamente, las emociones como la decepción y la tristeza son el resultado de la creencia de que no estamos viviendo a la altura de nuestro yo «ideal». Por el contrario, si uno cree que no está a la altura de sus «deberías», es más probable que experimente emociones como la culpa y el miedo.
Sobre la base de esta teoría, los investigadores de la presente investigación querían probar dos hipótesis. En primer lugar, predecir que los remordimientos más perdurables de la gente resultan más de las discrepancias entre su yo real e ideal que sus propios y propios. En segundo lugar, querían descubrir el mecanismo específico responsable de esta diferencia. Sugirieron desde el principio que la forma en que lidia uno con el arrepentimiento afecta la longevidad en su vida. Específicamente, las fallas a la altura de su «yo debería» requieren más acción inmediata y esfuerzos de afrontamiento para reparar el daño. Por el contrario, las fallas de vivir a la altura de su yo «ideal» se perciben como menos urgentes y, a menudo, quedan en un segundo plano, lo que a su vez hace que esos remordimientos sean más duraderos y perjudiciales a largo plazo.
El estudio y los resultados
Para probar sus hipótesis, los investigadores llevaron a cabo seis estudios separados. En el primer estudio, simplemente le preguntaron a los participantes qué lamentaban más: no cumplir con su yo ideal o el suyo propio. De acuerdo con las predicciones, la mayoría de los participantes informaron que experimentaban más remordimientos con respecto a no ser la persona que podrían haber sido.
En los estudios 2 y 3, los investigadores pidieron a los participantes que recordaran los lamentos específicos y significativos que habían experimentado en sus vidas, y que indicaran si esos remordimientos eran más ideales o deberían estar basados. Una vez más, como se predijo, los participantes eran más propensos a lamentar su fracaso para vivir a la altura de su yo ideal.
Luego, en los estudios 4 y 5, los investigadores probaron su segunda hipótesis: ¿son las diferencias de supervivencia la razón del aumento del peso del arrepentimiento ideal? Es decir, los investigadores predijeron que los participantes serían más propensos a atender y a lidiar con remordimientos relacionados con el deber que a remordimientos ideales. Eso es exactamente lo que encontraron. Parece entonces que los remordimientos debidos a la necesidad requieren un trabajo más inmediato de reparación conductual y psicológica, mientras que los remordimientos relacionados con el ideal parecen como si pudieran ser eliminados y tratados en un momento posterior. Parte de esto podría deberse a las presiones de la gestión de impresiones y al deseo constante de ser aceptado por otros.
El objetivo central del sexto y último estudio fue descubrir el vínculo entre los arrepentimientos resueltos y los no resueltos, y si esos remordimientos estaban relacionados más a los yoes ideales de los participantes o sus propios seres.
Una vez más, los hallazgos sugirieron que los remordimientos relacionados con ideales son menos propensos a provocar esfuerzos de afrontamiento psicológicos y conductuales, lo que lleva a las personas a pensar que todavía no se han resuelto. En contraste, debido a que las personas tienen una necesidad más apremiante de lidiar con sus pesares relacionados con el deber (nuevamente, debido a las presiones sociales), es más probable que finalmente los perciban como resueltos y tratados.
Por qué es importante para usted y su vida
Al contrario de lo que escucha en los medios o lo que sus amigos le dicen, vivir la vida sin remordimientos es una tarea casi imposible. Es completamente natural preguntarse cómo podría haber sido nuestra vida si se hubiera elegido otro camino profesional o si se hubiera casado con la novia de la escuela secundaria. Desde enormes decisiones que alteran la vida hasta triviales elecciones cotidianas, nuestras vidas están complementadas con personas que nos afectan. Es lo que nos hace humanos.
Sin embargo, lo más importante es que no todos los remordimientos se sienten igual. Se diferencian en número e intensidad según las diferentes categorías de autoconcepto. Esta información podría usarse para minimizar el peso del arrepentimiento en su propia vida.
Todo depende de quién es usted y lo que está tratando de lograr. Si se define más por sus obligaciones y responsabilidades (el «debería»), sería aconsejable pensar dos veces antes de tomar decisiones que involucren a personas cercanas en su vida. Por otro lado, si se guía más por su sentido del yo personal (el «ideal»), entonces puedes ser más feliz al decidir qué es lo mejor para usted.
El primer paso, entonces, para reducir el arrepentimiento es conocerse a sí mismo.
Fuente: www.psychologytoday.com
Referencia:
Davidai, S., & Gilovich, T. (2018). The ideal road not taken: The self-discrepancies involved in people’s most enduring regrets. Emotion, 18, 439-452.