La soledad puede explicar por qué la ansiedad social está relacionada con una respuesta atenuada a situaciones estresantes

La soledad puede explicar por qué la ansiedad social está relacionada con una respuesta atenuada a situaciones estresantes

Las personas que sufren altos niveles de ansiedad social pueden mostrar una respuesta cardiovascular más débil a las situaciones estresantes, y una nueva investigación sugiere que los sentimientos de soledad podrían ser un factor clave en este vínculo. El estudio descubrió que las personas con ansiedad social informaron sentirse más solas, y esta soledad se asoció con un menor aumento de la presión arterial durante el estrés, una respuesta que podría tener implicaciones negativas para la salud a largo plazo. Los hallazgos se publicaron recientemente en el International Journal of Psychophysiology.

Estudios previos han demostrado que la ansiedad social está asociada con una variedad de problemas de salud, incluidos problemas cardíacos, inflamación y presión arterial alta. Un área de particular interés ha sido cómo las personas socialmente ansiosas responden al estrés agudo, el tipo de estrés a corto plazo que experimentamos en los desafíos cotidianos. Sin embargo, los hallazgos de estos estudios han sido inconsistentes. Algunas investigaciones han indicado que las personas socialmente ansiosas muestran respuestas cardiovasculares reducidas al estrés, mientras que otras han encontrado lo opuesto o ninguna relación en absoluto. Esta inconsistencia impulsó a los investigadores a buscar factores que pudieran explicar estos resultados variables y a comprender mejor la conexión entre la ansiedad social y la reacción del cuerpo al estrés.

“Me apasiona comprender cómo los factores psicológicos influyen en la salud física, en particular en la salud cardiovascular”, explicó el autor del estudio, Adam O’Riordan. “Mi investigación en la Universidad de Texas en San Antonio (PHASELab) se centra en identificar cómo las respuestas al estrés sirven como una vía que vincula la ansiedad social, la soledad y otros factores psicológicos con los resultados cardiovasculares. Al examinar las respuestas fisiológicas al estrés (como la reactividad y la recuperación cardiovasculares), mi objetivo es descubrir los mecanismos que contribuyen a los riesgos para la salud a largo plazo, como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares”.

Para investigar más a fondo este tema, un equipo de científicos exploró si la soledad desempeña un papel en la relación entre la ansiedad social y la reactividad cardiovascular. Reclutaron a 658 adultos de un estudio más amplio en curso que examina la salud y el bienestar en la mediana edad en los Estados Unidos. Los participantes visitaron una unidad de investigación clínica durante dos días.

Como se esperaba, los investigadores descubrieron que las tareas que generaban estrés consiguieron aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca de los participantes, y que estos informaron sentirse más estresados ​​después de las tareas, lo que confirmó que las tareas eran estresantes. El estudio también confirmó que unos niveles más elevados de ansiedad social se asociaban con un mayor estrés autodeclarado en respuesta a las tareas.

Sin embargo, sorprendentemente, al analizar la relación directa entre la ansiedad social y la reactividad cardiovascular, los investigadores no encontraron asociaciones significativas. En otras palabras, la ansiedad social por sí sola no predijo directamente cuánto cambiaron la presión arterial o la frecuencia cardíaca de los participantes durante las tareas de estrés.

Por el contrario, la soledad mostró una asociación significativa con la reactividad de la presión arterial. Los niveles más altos de soledad se relacionaron con una reactividad más baja de la presión arterial sistólica y diastólica, lo que significa que las personas más solitarias mostraron un aumento menor de la presión arterial durante el estrés.

Los investigadores probaron entonces si la soledad podría explicar la relación entre la ansiedad social y la reactividad cardiovascular. Utilizando una técnica estadística llamada análisis de mediación, descubrieron que la soledad efectivamente actuaba como mediadora. Esto significa que la ansiedad social estaba asociada con niveles más altos de soledad, y este aumento de la soledad, a su vez, estaba asociado con respuestas reducidas de la presión arterial al estrés.

En esencia, la vía que se siguió parecía ser que la ansiedad social conduce a un aumento de la soledad, y la soledad, a su vez, contribuye a una respuesta atenuada de la presión arterial durante situaciones estresantes. Este efecto mediador de la soledad fue significativo tanto para la presión arterial sistólica como para la diastólica, pero no para la frecuencia cardíaca.

Los investigadores destacaron que, si bien antes se creía que una respuesta cardiovascular fuerte al estrés era únicamente perjudicial para la salud, evidencias recientes sugieren que una respuesta atenuada o debilitada también puede ser problemática. Una reacción cardiovascular inadecuada al estrés podría indicar un desapego de la situación estresante o una desregulación del sistema de respuesta al estrés del cuerpo.

“Las personas con ansiedad social suelen limitar sus oportunidades de establecer conexiones sociales significativas debido a creencias negativas persistentes sobre sí mismas, interpretaciones negativas de los acontecimientos sociales y evitación de situaciones sociales”, dijo O’Riordan. “Como resultado, con frecuencia informan de mayores niveles de aislamiento social y soledad. Los hallazgos de nuestro estudio indican que la soledad es un factor clave en la ansiedad social, que contribuye a respuestas fisiológicas y psicológicas adversas al estrés agudo y, en última instancia, a peores resultados de salud”.

Los investigadores reconocieron algunas limitaciones de su estudio. El diseño del estudio no puede probar definitivamente que la ansiedad social causa soledad, que a su vez causa una reactividad cardiovascular disminuida. La dirección de estas relaciones podría ser más compleja. Por ejemplo, es posible que la reactividad cardiovascular disminuida pueda, en sí misma, contribuir a un aumento de la ansiedad. Tampoco está claro si los efectos observados son estables a lo largo del tiempo o si fluctúan con los cambios en las circunstancias de vida de una persona.

Además, el estudio utilizó una muestra de población general, lo que significa que los participantes exhibieron una variedad de síntomas de ansiedad social en lugar de representar a individuos con un trastorno de ansiedad social diagnosticado. Esto podría significar que los efectos observados en este estudio podrían ser más pronunciados en poblaciones clínicas donde la ansiedad social es más grave y crónica.

A pesar de estas limitaciones, los resultados sugieren que la soledad puede ser un factor importante que explica por qué algunas personas con ansiedad social muestran respuestas atenuadas de la presión arterial al estrés. Esta respuesta atenuada, aunque aparentemente contraria a la intuición, podría ser un mecanismo que podría contribuir a resultados adversos para la salud con el tiempo.

Fuente: International Journal of Psychophysiology

Articulo original:

Título: Loneliness mediates the association between trait social anxiety and cardiovascular reactivity to acute psychological stress.

Autores: Adam O’Riordan y Aisling M. Costello.

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