Las dietas ricas en azúcar se asocian a una mayor probabilidad de depresión

Las dietas ricas en azúcar se asocian a una mayor probabilidad de depresión

Un nuevo estudio ha descubierto que las personas que prefieren los alimentos y bebidas dulces tienen más probabilidades de sufrir depresión. Publicado en el Journal of Translational Medicine, la investigación reveló que las personas con “dientes dulces” tenían un 31% más de probabilidades de sufrir depresión en comparación con las que preferían opciones más saludables.

El nuevo estudio también buscó abordar las lagunas en la investigación nutricional mediante el uso de métodos basados ​​en datos para explorar las vías biológicas que podrían conectar los hábitos alimentarios con la salud mental y otras condiciones de salud.

“En el campo de la investigación nutricional, todavía existe una necesidad insatisfecha de claridad sobre los efectos de los tipos de alimentos que elegimos en nuestra salud”, dijo la autora del estudio Hana Navratilova, candidata a doctora en la Universidad de Surrey. “Esto se puede abordar aprovechando métodos basados ​​en datos que ofrecen soluciones prácticas para los problemas de nutrición. Los avances en esta área ofrecen claros beneficios para los nutricionistas, los profesionales de la salud, así como para los clientes/pacientes. Por ejemplo, un nutricionista puede obtener una idea general del riesgo de salud de un cliente y, al centrarse en las preferencias alimentarias de los clientes, adaptar el asesoramiento nutricional de manera más eficaz. Desde la perspectiva de un cliente, puede identificar sus riesgos antes de consultar a un nutricionista o dietista para obtener más asesoramiento”.

El estudio analizó datos del Biobanco del Reino Unido, una gran base de datos biomédica que incluye información sobre la salud y el estilo de vida de más de 500.000 participantes de entre 40 y 69 años. Para esta investigación, el equipo se centró en 180.000 personas que completaron un detallado Cuestionario de preferencia alimentaria en 2019. El cuestionario pedía a los participantes que calificaran su preferencia por 140 alimentos (como frutas, verduras, carnes, dulces y bebidas) en una escala de nueve puntos que iba desde el rechazo extremo hasta el agrado extremo. El estudio excluyó a los participantes que tenían una cantidad significativa de respuestas faltantes o incompletas para garantizar la precisión.

Los investigadores emplearon el análisis de perfil latente, un método estadístico, para categorizar a los participantes en tres perfiles de preferencia alimentaria distintos según sus respuestas al cuestionario: (1) Conscientes de la salud, que favorecían frutas, verduras y opciones de alimentos más saludables, (2) Omnívoros, que disfrutaban de una amplia gama de alimentos, incluidas carnes, pescados y algunos dulces, y (3) Golosos, que tenían una fuerte preferencia por los alimentos y bebidas azucarados y un menor interés en alimentos más saludables como frutas y verduras.

“De manera similar a una prueba de personalidad MBTI (Myers–Briggs Type Indicator), nuestro estudio proporciona una descripción general del perfil de salud de una persona en función de sus preferencias alimentarias”, dijo Navratilova. “Sin embargo, este perfil no es fijo, sino que ayuda a identificar áreas de mejora para lograr una mejor salud.

Además de los datos sobre las preferencias alimentarias, los investigadores analizaron los resultados de salud y los marcadores biológicos en muestras de sangre de los participantes. Examinaron cómo cada perfil de preferencia alimentaria se asociaba con afecciones como la depresión, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades crónicas. También examinaron biomarcadores como el azúcar en sangre, el colesterol y los marcadores inflamatorios para evaluar las diferencias metabólicas entre los grupos.

El hallazgo clave del estudio fue que las personas del grupo de los golosos tenían un riesgo significativamente mayor de sufrir diversos problemas de salud. En concreto, tenían un 31 % más de probabilidades de sufrir depresión en comparación con los de los otros dos grupos. Además, los participantes con una marcada preferencia por los alimentos dulces tenían más probabilidades de presentar tasas más altas de diabetes y accidentes cerebrovasculares. Estos hallazgos sugieren que una dieta rica en alimentos y bebidas azucaradas puede afectar negativamente tanto a la salud mental como a la física.

En cambio, el grupo de personas preocupadas por su salud, que prefería frutas y verduras, mostró resultados de salud más favorables. Tenían niveles más bajos de marcadores inflamatorios, perfiles de colesterol más saludables y un riesgo menor de padecer enfermedades como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El grupo omnívoro se situó entre los grupos preocupados por su salud y los golosos en términos de riesgos para la salud, lo que refleja sus elecciones dietéticas más equilibradas pero menos específicas.

El análisis biológico reveló diferencias notables en los marcadores sanguíneos entre los grupos. Por ejemplo, el grupo preocupado por la salud tenía niveles más altos de ácidos grasos beneficiosos y cuerpos cetónicos, que se asocian con una mejor salud metabólica. El grupo de los golosos, por otro lado, exhibió niveles más altos de biomarcadores vinculados con peores resultados metabólicos, como un nivel elevado de glucosa en sangre. Estas diferencias metabólicas brindan información sobre cómo las preferencias dietéticas pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas con el tiempo.

“Lo sorprendente es que estos perfiles se identificaron sin depender de la ingesta real de alimentos, solo de las preferencias individuales informadas por más de 180.000 personas en el Biobanco del Reino Unido, pero pudimos identificar biomarcadores que son significativos para el estado de salud”, dijo Navratilova.

“Nuestros hallazgos muestran que, en esencia, somos lo que nos gusta comer”, añadió el autor principal Nophar Geifman, profesor de informática biomédica y de salud en la Universidad de Surrey. “Pero no queremos que la gente termine de leer esta investigación pensando que su salud futura está predeterminada y fija, que los alimentos que les gusten afectarán directamente a sus resultados de salud. Existe un vínculo obvio entre lo que nos gusta comer y lo que realmente comemos, pero las personas tienen una opción: aumentar la ingesta de fibra dietética y reducir la de azúcares y alimentos ultraprocesados ​​contribuirá a mejorar los resultados de salud”.

Aunque este estudio ofrece información valiosa, no está exento de limitaciones. Una de las principales es que se basó en datos autodeclarados por los participantes, lo que puede introducir sesgos. Es posible que las personas no siempre indiquen con precisión sus preferencias alimentarias o su estado de salud. Además, la naturaleza transversal del estudio significa que no puede establecer una relación de causa y efecto, sino solo asociaciones entre las preferencias alimentarias y los riesgos para la salud.

“Estos hallazgos aún necesitan ser validados en diferentes cohortes y poblaciones para garantizar su generalización más amplia”, dijo Navratilova.

Para futuras investigaciones, los autores sugieren explorar si el asesoramiento nutricional personalizado basado en las preferencias alimentarias podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. También recomiendan estudios adicionales que rastreen los cambios en las preferencias alimentarias a lo largo del tiempo y cómo estos cambios podrían influir en los resultados de salud. El equipo de investigación tiene como objetivo desarrollar herramientas que puedan ayudar a las personas, nutricionistas y proveedores de atención médica a utilizar datos sobre las preferencias alimentarias para ofrecer un asesoramiento dietético más personalizado y eficaz.

“Sobre la base de este trabajo, nuestro objetivo a largo plazo es desarrollar herramientas de nutrición personalizadas basadas en IA que puedan permitir a las personas, nutricionistas y proveedores de atención médica tomar decisiones informadas sobre su dieta y salud que también estén alineadas con sus propias circunstancias y preferencias personales”, concluyo Navratilova.

Fuente: Journal of Translational Medicine

Articulo original:

Título: “Artificial intelligence driven definition of food preference endotypes in UK Biobank volunteers is associated with distinctive health outcomes and blood based metabolomic and proteomic profiles”.

Autores: Hana F. Navratilova, Anthony D. Whetton y Nophar Geifman.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.