Las personas que ingieren alimentos ultraprocesados tienen un mayor riesgo de depresión

Las personas que ingieren alimentos ultraprocesados tienen un mayor riesgo de depresión

Una investigación reciente publicada en la revista Clinical Nutrition revela un vínculo significativo entre el alto consumo de alimentos ultraprocesados ​​y un mayor riesgo de desarrollar depresión. Este estudio, realizado en Brasil, indica que las personas que siguen dietas ricas en alimentos ultraprocesados ​​tienen más probabilidades de experimentar síntomas depresivos con el tiempo. Estos hallazgos subrayan los riesgos potenciales para la salud mental asociados con los patrones dietéticos caracterizados por alimentos procesados ​​y preparados.

La depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor, es una afección de salud mental común y grave caracterizada por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y falta de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban. También puede manifestarse a través de síntomas físicos como cambios en el sueño, el apetito, los niveles de energía y la concentración.

La depresión afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de discapacidad. Su impacto se extiende más allá del individuo y afecta a familias y comunidades. A pesar de ser una condición común, la depresión es compleja y puede ser el resultado de una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.

Los alimentos ultraprocesados ​​son productos que han sido alterados significativamente desde su forma original mediante diversos procesos industriales. Estos alimentos suelen incluir ingredientes como conservadores, edulcorantes, sabores artificiales y colorantes que no se encuentran en la cocina promedio. Ejemplos de alimentos ultraprocesados ​​incluyen bocadillos azucarados, comidas listas para comer, fideos instantáneos y refrescos.

Estos productos están diseñados para ser convenientes, asequibles y muy sabrosos, lo que a menudo los convierte en una opción atractiva para consumidores ocupados. Sin embargo, su alto contenido de azúcares añadidos, grasas no saludables y sodio, combinado con un bajo valor nutricional, ha generado preocupación sobre su impacto en la salud.

Estudios anteriores han demostrado que las dietas saludables y ricas en nutrientes se asocian con un menor riesgo de depresión. Sin embargo, faltaron estudios prospectivos a gran escala que examinaran el impacto del consumo de alimentos ultraprocesados ​​en la depresión, particularmente en países de ingresos bajos y medianos como Brasil. Al abordar esta brecha, los investigadores pretendían proporcionar pruebas más completas sobre cómo los patrones dietéticos se relacionan con la salud mental y fundamentar las políticas de salud pública y las directrices dietéticas.

«He estado interesado en explorar la relación entre los comportamientos relacionados con la salud, particularmente los comportamientos de movimiento como la actividad física y el comportamiento sedentario, y los resultados relacionados con la salud mental desde mis estudios universitarios», dijo el autor del estudio André de Oliveira Werneck, candidato a doctorado en el Centro de Investigaciones Epidemiológicas en Nutrición y Salud de la Universidad de Sao Paulo.

El estudio utilizó datos de la cohorte NutriNet Brasil, un proyecto de investigación a gran escala diseñado para investigar patrones dietéticos y enfermedades crónicas en Brasil. Los participantes fueron adultos mayores de 18 años de todas las regiones brasileñas que aceptaron completar cuestionarios periódicos en línea sobre su dieta y salud. El reclutamiento comenzó en enero de 2020, utilizando varios canales de medios y espacios públicos para atraer participantes.

Los participantes completaron una serie de cuestionarios de referencia que recogieron información detallada sobre características sociodemográficas, factores de estilo de vida (como el consumo de tabaco y alcohol y la actividad física), hábitos alimentarios y condiciones de salud autoinformadas. La ingesta dietética de los participantes se evaluó utilizando la herramienta Nova24h, un sistema de recordatorio dietético validado basado en la web que clasifica los alimentos según el sistema de clasificación de alimentos Nova.

A pesar de sus importantes hallazgos, el estudio tiene algunas limitaciones. La muestra no fue probabilística e incluyó predominantemente a participantes con un nivel socioeconómico más alto y acceso a Internet, lo que podría limitar la generalización de los resultados. Además, los datos dietéticos se recopilaron mediante recuerdos autoinformados, que podrían estar sujetos a sesgos de recuerdo y de deseabilidad social, donde los participantes podrían subestimar el consumo de alimentos no saludables.

«Existen limitaciones inherentes a cualquier estudio poblacional de esta naturaleza», señaló Werneck. «Por ejemplo, aunque utilizamos dos recordatorios dietéticos de 24 horas para estimar el consumo de alimentos ultraprocesados, aún puede haber variaciones en el consumo real, así como posibles sesgos relacionados con la memoria y la deseabilidad social».

“Además, considerando que este estudio y los estudios incluidos en la revisión sistemática son observacionales, puede haber un nivel de confusión residual y la inferencia causal debe hacerse con precaución. Sin embargo, varios factores como la coherencia, la plausibilidad, etc., sugieren que la asociación podría ser causal”.

“El siguiente paso en un futuro próximo es explorar cómo las conductas de movimiento (es decir, la actividad física y el comportamiento sedentario) podrían interactuar con el consumo de alimentos ultraprocesados ​​en asociación con síntomas depresivos, considerando que pueden compartir mecanismos. Además, pretendemos investigar cómo un mayor consumo de alimentos ultraprocesados ​​podría asociarse con un mayor riesgo para la salud física en personas con trastornos depresivos”.

Fuente: Clinical Nutrition

Articulo original: Titulo: “Adherence to the ultra-processed dietary pattern and risk of depressive outcomes: Findings from the NutriNet Brasil cohort study and an updated systematic review and meta-analysis”. Autores: André O. Werneck, Euridice M. Steele, Felipe M. Delpino, Melissa M. Lane, Wolfgang Marx, Felice N. Jacka, Brendon Stubbs, Mathilde Touvier, Bernard Srour, Maria LC. Louzada, Renata B. Levy y Carlos A. Monteiro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *