Una nueva investigación proporciona evidencia de que las personas con estilos de apego evitativo exhiben distintos patrones de procesamiento emocional. Al igual que en la película de ciencia ficción «Blade Runner», donde los personajes usan pupilometría para distinguir entre humanos y androides, esta investigación del mundo real mide los cambios en el tamaño de las pupilas para investigar las características subyacentes de la personalidad. El estudio fue publicado en el International Journal of Psychophysiology.
“La dilatación pupilar fásica (es decir, la fluctuación del tamaño de la pupila provocada por estímulos) es un marcador sensible de varios procesos neurocognitivos, especialmente la orientación/atención dirigida y la excitación emocional (probablemente debido a un fuerte vínculo entre el sistema noradrenérgico del cerebro, responsable de regular la vigilancia y estado de alerta y el sistema nervioso autónomo)”, explicó el autor del estudio, Johannes B. Finke, profesor titular de la Universidad de Siegen.
“Investigaciones anteriores han sugerido que el procesamiento alterado de la información social, por ejemplo, en ciertas condiciones como el autismo, está indexado por respuestas de dilatación pupilar disminuidas a tales estímulos, destacando su utilidad potencial como biomarcador y/o herramienta de diagnóstico.
“Además, cada vez hay más evidencia de que los diferentes estilos de apego también se caracterizan por sesgos atencionales específicos (por ejemplo, un procesamiento más superficial de rostros o palabras relacionadas con el apego, especialmente en un contexto negativo, en personas con apego evitativo). Sin embargo, se sabe (o se sabía) poco sobre las posibles asociaciones con la modulación del tamaño de la pupila (u otros índices psicofisiológicos), que fue nuestra principal razón para realizar este estudio”.
El estudio actual incluyó a 37 participantes, en su mayoría adultos jóvenes de la Universidad de Trier y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier. A estos participantes se les pidió que vieran una variedad de imágenes mientras se monitoreaba de cerca el tamaño de sus pupilas utilizando un dispositivo de seguimiento ocular infrarrojo basado en video. Las imágenes abarcaban desde escenas cotidianas y de naturaleza hasta contenido erótico y violento.
Los participantes también completaron un cuestionario que evaluaba sus estilos de apego, examinando sus niveles de ansiedad y evitación en las relaciones. Esta información permitió a los investigadores explorar cómo los diferentes patrones de apego podrían influir en la forma en que las personas reaccionan a los estímulos emocionales.
Las personas con estilos de apego evitativo tienden a ser más independientes y autosuficientes. Es posible que se sientan incómodos con demasiada cercanía emocional y, a menudo, prefieren guardar sus sentimientos para sí mismos. En las relaciones, pueden restar importancia a sus necesidades emocionales y valorar su autonomía.
Por otro lado, las personas con estilos de apego ansiosos a menudo anhelan intimidad emocional y tranquilidad por parte de sus parejas. Pueden preocuparse por sus relaciones y temer el abandono, y a veces se vuelven demasiado dependientes del apoyo emocional de sus parejas.
Para aquellos con estilos de apego evitativo, los investigadores observaron que sus alumnos mostraban una respuesta reducida a los estímulos sociales. Esto sugiere que las personas con estos estilos de apego habitualmente podrían suprimir sus reacciones emocionales, especialmente cuando se enfrentan a situaciones sociales potencialmente angustiantes, como la violencia.
«Los sesgos cognitivos que resultan de diferentes experiencias de apego (o variaciones en los rasgos de personalidad) pueden evaluarse a un nivel implícito, utilizando la pupila como ‘el ojo de la mente’ o una ‘ventana al cerebro'», dijo Finke. «Si prefieres una referencia a la cultura pop, esto es más o menos similar al uso de la pupilometría en la conocida película de ciencia ficción Blade Runner para evaluar respuestas emocionales/empáticas (con el fin de identificar replicantes versus humanos)».
Sin embargo, el estudio no reveló diferencias significativas para aquellos con patrones de apego ansiosos. Si bien hubo algunos indicios de una mayor atención a las imágenes negativas, no alcanzó significación estadística.
En particular, cuando se trataba de imágenes eróticas, los patrones de apego no jugaron un papel significativo a la hora de influir en las reacciones de los alumnos. Este hallazgo sugiere que el contenido sexual podría evocar fuertes respuestas emocionales en la mayoría de las personas, independientemente de sus estilos de apego.
«Encontramos asociaciones significativas de la dilatación de la pupila con imágenes con contenido social (usando imágenes de la naturaleza como control) solo con apego evitativo, pero no ansioso», dijo Finke. “Es decir, contrariamente a lo esperado, los niveles más altos de ansiedad de apego no se vincularon con mayores respuestas pupilares a escenas de violencia, etc. Por el contrario, cuanto mayor es el nivel de evitación del apego de un participante, menor es su respuesta al contenido social en general. (con excepción del erotismo)”.
Si bien este estudio ofrece información interesante sobre la relación entre los patrones de apego y el procesamiento emocional, es importante señalar que la investigación tuvo algunas limitaciones. El tamaño de la muestra fue relativamente pequeño y los participantes eran en su mayoría adultos jóvenes. Estudios futuros con muestras más grandes y diversas podrían ayudar a confirmar y ampliar estos hallazgos.
«Debido a las costosas evaluaciones en el laboratorio, el tamaño de la muestra era bastante pequeño para un estudio de diferencias individuales», dijo Finke. “Además, los participantes eran relativamente jóvenes en promedio y en su mayoría sanos, lo que limita la generalización de los hallazgos a otras poblaciones (por ejemplo, mayores y/o clínicas). Dado que la evaluación de los patrones de apego se basó en el autoinforme (cuestionarios validados), no podemos estar absolutamente seguros de que el comportamiento de los participantes en la vida cotidiana coincida con su autodescripción».
“Además, un enfoque longitudinal (es decir, mediciones repetidas durante un período de tiempo más largo) sería beneficioso para corroborar la suposición de un vínculo causal entre estos constructos, así como la posible validez predictiva de la respuesta pupilar para el comportamiento real.
«Es de destacar: no surgió ninguna diferencia de género. Como en investigaciones anteriores, todos los participantes respondieron más fuertemente al contenido sexual, lo que está en línea con la noción de que el tamaño de la pupila también es un marcador confiable de interés sexual» concluyo Finke.
Fuente: International Journal of Psychophysiology
Articulo original: Titulo: “Close(d) to you? Avoidant attachment is associated with attenuated pupil responsivity to social stimuli“. Autores: Johannes B. Finke, Kim D. Opdensteinen, Tim Klucken y Hartmut Schachinger.