La inteligencia y la capacidad de entrenamiento de los perros es una preocupación importante para muchas personas. Cuando se trata de perros de servicio, como los que se utilizan para ayudar a los ciegos o discapacitados, o los que trabajan con el ejército y la policía, es importante tener un animal inteligente que pueda completar con éxito un programa de entrenamiento y trabajar en el campo. Un perro que se sale de un programa de entrenamiento a mitad de camino puede costar muchos miles de dólares debido a los recursos de instrucción y el tiempo de entrenamiento desperdiciados.
Para la persona promedio que simplemente desea un perro que pueda participar en actividades deportivas, caza, obediencia, agilidad y pruebas de rally, o para alguien que desea una mascota que entienda lo que se quiere de él en casa y responda adecuadamente, también existe la necesidad de saber qué perros demostrarán ser inteligentes y entrenables. Por estas razones, es importante encontrar variables que puedan predecir las capacidades cognitivas y la capacidad de aprendizaje de un perro.
Nivel de energía y capacidad de entrenamiento
Anecdóticamente, los entrenadores de perros a menudo sienten que un factor importante en la capacidad de entrenamiento de los perros es su actividad y nivel de energía. Según muchos entrenadores, los perros con mucha energía, que se mueven rápidamente, yendo de un punto del entorno a otro, tienen más probabilidades de aprender rápidamente. Esto es consistente con algunas teorías psicológicas básicas. Desde el comienzo de su investigación sobre el condicionamiento operante, el psicólogo BF Skinner señaló que si un animal realiza una acción y es recompensado, entonces es más probable que esa acción se realice en el futuro. Es a partir de tales recompensas y refuerzos que nuestros perros aprenden tareas y resuelven problemas. Un perro que tiene un bajo nivel de actividad no explorará muchas opciones de comportamiento y, por lo tanto, es menos probable que descubra qué comportamientos son correctos. Tal predisposición al comportamiento ciertamente reducirá la capacidad de un perro para aprender cosas.
Tal vez no demasiada energía
Hay una opinión contraria que es sostenida por muchos entrenadores de perros y también está respaldada por alguna evidencia psicológica. Aquí el argumento otorga que los perros demasiado bajos en energía no aprenderán de manera muy eficiente, pero por otro lado, sostiene que los perros con niveles muy altos de energía tampoco aprenden tan bien. La hipótesis: si el nivel de energía de un perro es lo suficientemente alto, el perro esencialmente actúa un poco loco, pasando de una acción a otra sin esperar lo suficiente para ver si es recompensado. Esto significa que el perro hiperactivo tampoco está procesando toda la información disponible en el entorno, lo que también puede resultar en un aprendizaje lento.
Los efectos del nivel de energía en el comportamiento, en general, se demostraron a principios del siglo 20 y se conocieron como la Ley Yerkes Dodson. Originalmente se expresó en términos de nivel de excitación, refiriéndose a los niveles de acción neuronal generalizada, pero generalmente se mide conductualmente en términos de actividad general y niveles de energía.
Fuente: Psychology Today