A veces, parece que las líneas de batalla entre la inteligencia artificial (IA) y la humanidad están trazadas: una comparación computacional que se centra en la velocidad y la precisión. Sin embargo, el dominio de la creatividad proporciona una base más compleja para el análisis y, a menudo, es «el último obstáculo» para la singularidad que define a la humanidad.
Sin embargo, en la búsqueda por desentrañar el potencial creativo de la IA, particularmente a través de la lente de los grandes modelos de lenguaje (LLM), una simple pregunta enmarca la discusión: ¿Es la IA más creativa que los humanos? Un nuevo estudio enfrenta al hombre contra la máquina para hacer esta simple pregunta y revelar ideas que podrían llegar al núcleo de nuestra humanidad.
Definir un marco de creatividad
En el centro de esta exploración hay cuatro tareas distintas, cada una diseñada para explorar diversas facetas del pensamiento creativo:
- La tarea de usos alternativos. Desafía a los participantes a imaginar usos novedosos para los artículos cotidianos, superando los límites del pensamiento convencional.
- La tarea de las consecuencias. Explora la capacidad de prever los efectos dominó de escenarios hipotéticos, llevando la imaginación al límite.
- La tarea de asociaciones divergentes. Pone a prueba la capacidad de generar una lista de sustantivos no relacionados, mostrando la amplitud del pensamiento conceptual.
- La tarea de combinaciones visuales. Involucra a los participantes en la fusión de imágenes no relacionadas para tejer narrativas nuevas y cohesivas, destacando la capacidad de sintetizar y crear armonía a partir de la diversidad.
Establecer un campo de juego parejo
El estudio buscó una comparación equilibrada entre la creatividad humana y las capacidades de GPT-4. Con 151 participantes humanos comparados con 151 instancias de respuestas GPT-4, la evaluación se centró en la calidad, originalidad y elaboración de ideas, trascendiendo las meras medidas cuantitativas.
Para este análisis, no se utilizaron calificaciones humanas tradicionales, comúnmente utilizadas para evaluar tareas de pensamiento divergente. En cambio, el estudio utilizó la herramienta de puntuación de creatividad abierta (OCS) para automatizar la puntuación de la distancia semántica, capturando así objetivamente la originalidad de las ideas mediante la asignación de puntuaciones basadas en la lejanía (singularidad) de las respuestas.
Este método evita posibles problemas centrados en el ser humano, como la fatiga, los sesgos y el costo de tiempo, que podrían influir en el proceso de puntuación. Se ha descubierto que el enfoque de puntuación automatizada se correlaciona sólidamente con las calificaciones humanas, lo que sugiere que captura efectivamente la esencia de la creatividad sin la necesidad de que un grupo separado de humanos evalúe las respuestas de los brazos humanos y de IA del estudio.
La IA ofrece originalidad y elaboración audaces
Los resultados de este estudio comparativo ofrecen información convincente sobre la destreza creativa de GPT-4. En particular, una prueba t de muestra independiente no reveló diferencias significativas en la fluidez total entre humanos y GPT-4, lo que indica igualdad de condiciones en términos de la cantidad de ideas generadas.
Sin embargo, el quid de la creatividad radica en la originalidad y la elaboración. Un análisis detallado de la varianza de la originalidad, basado en puntuaciones de distancia semántica, descubrió efectos principales significativos, favoreciendo a GPT-4 independientemente del mensaje, con efectos de interacción notables entre el grupo y el mensaje, destacando el rendimiento superior de GPT-4 en originalidad en diferentes escenarios.
Además, al comparar las puntuaciones de elaboración, que cuantifican el detalle dentro de cada respuesta válida, las respuestas de GPT-4 fueron significativamente más elaboradas que las de los participantes humanos. Por ejemplo, en respuesta al uso de un tenedor, donde un humano podría simplemente sugerir «como un peine», la elaboración de GPT-4 abarcaría una narrativa más detallada, ilustrando su capacidad para tejer ideas más ricas y complejas a partir de un solo mensaje.
¿Es artificial la creatividad de la IA?
La dependencia de sistemas de puntuación automatizados como la herramienta OCS para evaluar los resultados creativos de la IA y los humanos plantea interrogantes sobre la naturaleza de la creatividad misma. Si bien estos sistemas pueden evaluar objetivamente la originalidad y elaboración de respuestas basadas en la distancia semántica, pueden pasar por alto las cualidades intrínsecas e intangibles que encarna la creatividad humana.
La creatividad, en su forma más pura, a menudo se ve como una expresión de algo exclusivamente humano; algunos incluso dirían que el alma. Es esta manifestación de los pensamientos y sentimientos más íntimos la que trasciende la mera novedad lingüística o conceptual. Es conmovedora la preocupación de que las ideas generadas por la IA, a pesar de su originalidad o complejidad, puedan carecer de la profundidad, la intencionalidad y la resonancia emocional que inherentemente posee la creatividad humana.
Toca el debate más amplio sobre si la creatividad puede replicarse genuinamente o sigue siendo un rasgo inherentemente humano, profundamente entrelazado con la conciencia y la experiencia subjetiva.
En este contexto, el enfoque del estudio, aunque innovador y riguroso en su metodología, puede pasar por alto inadvertidamente estos aspectos cualitativos de la creatividad, lo que lleva a la percepción de que los esfuerzos creativos de la IA, por sofisticados que sean, son algo artificiales y carecen del «alma» que el ser humano tiene. los artistas infunden en sus creaciones.
El futuro de la creatividad colaborativa
Los hallazgos de este estudio, en particular los resultados detallados que respaldan la originalidad y elaboración superiores de GPT-4, impulsan una reevaluación de la naturaleza de la creatividad. Sugiere un futuro en el que el potencial creativo de la IA no sólo rivaliza sino que en ciertos aspectos supera la creatividad humana, abriendo nuevos horizontes para la innovación colaborativa. La pregunta «¿Es la IA más creativa que los humanos?» evoluciona así hacia un diálogo sobre las posibilidades sinérgicas entre el ingenio humano y la inteligencia artificial, presagiando una nueva era de exploración creativa en la que la fusión de la creatividad humana y la IA redefine los límites de la innovación y la expresión artística.
Fuente: Psychology Today