Introducción
El presente artículo tiene como propósito brindar una serie de sugerencias para el cuidado de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer en el curso de la pandemia provocada por el virus Covid-19 y las consiguientes medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio que suponen una ruptura con la cotidianeidad y la necesidad de adaptación, tanto de los adultos mayores como de sus cuidadores, a esta nueva situación.
Consecuencias de la pandemia en los adultos mayores con Alzheimer
La situación actual de pandemia provocada por el virus Covid-19 implicó una ruptura en la cotidianeidad, con la consecuente necesidad de modificar las rutinas que hasta ahora las personas venían desarrollando.
Si bien las medidas de distanciamiento social, preventivo y obligatorio, el uso del barbijo y las limitaciones en el acceso a las residencias para adultos mayores han contribuido a proteger a éstos frente a un posible contagio, las personas mayores con demencia y sus familiares no están exentos de las consecuencias negativas de la pandemia, como la falta de apoyo percibido y el aislamiento social.
Las personas que presentan un trastorno neurodegenerativo, como la enfermedad de Alzheimer, deben lidiar no solo con la progresión del mismo, sino también con la vulnerabilidad que genera la situación de encierro, la cual, en la mayoría de los casos, agrava los síntomas cognitivos, afectivos y conductuales.
Estas transformaciones sociales han contribuido al aumento del deterioro cognitivo en los adultos mayores con demencia. Antes de la pandemia, las personas mayores y sus cuidadores contaban con numerosos recursos externos que proporcionaban estimulación y recreación, como centros de día, programas o talleres destinados a esta población. Estas actividades contribuían no solo a disminuir el declive cognitivo, sino también los comportamientos asociados, como la inquietud, irritabilidad y desorientación. En ausencia de las rutinas que proporcionaban seguridad y estabilidad, los adultos mayores con demencia se vuelven más propensos a la inactividad y al sedentarismo, al pasar gran parte del tiempo durmiendo o viendo televisión, acciones que no implican estimulación cognitiva o interacción con otras personas.
Frente a esta situación, es común que las personas con Alzheimer comiencen a manifestar algunos síntomas como:
- Alteraciones de la memoria, la orientación temporo-espacial, la comprensión, el juicio, el razonamiento, la percepción de la realidad, incremento de síndromes delirantes.
- Alteraciones de la conducta y del sueño.
- Pérdida del apetito.
- Alteraciones emocionales y frecuentes cambios de humor.
- Dificultades para sostener la rutina, disminución de la actividad e iniciativa.
- Mayor vulnerabilidad asociada a la enfermedad, a la presencia de alteraciones comórbidas y a las limitaciones vinculadas al aislamiento y ausencia de estimulación.
Cómo acompañar a los adultos mayores con Alzheimer durante la pandemia
Además de las medidas sanitarias dispuestas para prevenir la propagación del virus, como el uso del barbijo o tapabocas, lavarse las manos con frecuencia, utilizar alcohol en gel, cubrirse la boca con un pañuelo o con el pliegue del codo al toser o estornudar, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca antes de lavarse las manos y limpiar con frecuencia las superficies u objetos de contacto, existen una serie de recomendaciones para el cuidado de los adultos mayores con demencia durante la pandemia:
- Identificar cuáles son las prioridades en relación a los cuidados que se deben proporcionar al adulto mayor con demencia. Diferenciar lo esencial y aquellas tareas que se pueden postergar.
- Elaborar una agenda para planificar las actividades del día a día.
- Prever el acceso a las recetas y a la medicación, así como a los alimentos y elementos de higiene.
- Colocar en un lugar visible del hogar una lista con números de teléfono para situaciones de emergencia, por ejemplo, familiares, vecinos, hospitales, policía, bomberos, médico de cabecera, obra social.
- Adecuar un ambiente o espacio del hogar para realizar actividades recreativas o de estimulación.
- Elaborar un almanaque, a modo de recordatorio diario, con indicaciones del día, mes, año y estación del año, que permita a la persona ubicarse en tiempo y espacio.
- Colocar carteles en lugares visibles donde se indiquen las medidas de higiene y cuidado frente al Covid-19.
- Mantener la luminosidad de las distintas habitaciones del hogar, de manera que se diferencien los ritmos del día y los momentos de luz natural y artificial.
- Establecer una rutina diaria, indicando los horarios de las comidas, baño y vestimenta, las horas de descanso y las actividades recreativas, de estimulación y ejercicio físico.
- Dedicar al menos una hora por día para la realización de actividad física o ejercicios de estimulación cognitiva.
- Proponer distintas actividades entre las que pueda elegir, de manera que se promueva la autonomía e iniciativa del adulto mayor. Acompañar durante la realización de la tarea, proporcionando apoyo solo en caso requerido, reconociendo sus logros y progresos.
- Utilizar un vocabulario simple, con frases cortas, adaptado a la capacidad de comprensión de la persona.
- Otorgar el tiempo necesario para que el adulto mayor pueda comprender la tarea y elaborar un plan de acción. Repetir la consigna las veces que sea necesario.
- Realizar ejercicios de relajación y meditación como cierre de las actividades del día, para dar una sensación de calma y tranquilidad.
- Evitar comparar su rendimiento con el de otras personas, comprender que sus conductas son producto de la enfermedad. Mantener un trato amable, empático y respetuoso.
- Promover la autonomía e independencia en la realización de las actividades de la vida diaria siempre que sea posible, de manera que se promueva la autoestima y la sensación de autoeficacia.
- Utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para realizar actividades de estimulación y recreación, así como para mantener un contacto frecuente con los seres queridos.
- Establecer una red de apoyo y contención que proporcione ayuda en las tareas del cuidado, conformada por familiares, amigos, vecinos o profesionales de la salud.
- Identificar posibles cambios en el comportamiento, en el estado de ánimo o un empeoramiento de los síntomas de la demencia, debido a que éstos podrían indicar un aumento en los niveles de estrés o ser síntoma de Covid-19.
- Solicitar atención médica inmediata ante la presencia de posibles síntomas de Covid-19, teniendo en cuenta que en los adultos mayores el virus puede tener una presentación atípica. Entre los síntomas presentes en esta población se encuentra fiebre, tos, temblores, dificultad para respirar, dolor muscular, de cabeza o garganta, mayor confusión, tristeza, agitación.
- En caso de requerir hospitalización a causa del Covid-19, se debe informar al personal del hospital acerca de los antecedentes de la enfermedad y de las necesidades del adulto mayor, como contar con la asistencia del cuidador principal para recibir apoyo e información relevante.
Cierre
La pandemia provocada por el virus Covid-19 supuso un quiebre en los vínculos sociales y las rutinas que proporcionan seguridad y tranquilidad. Los adultos mayores no están exentos de esta situación, constituyendo la población que se enfrenta a una mayor vulnerabilidad debido al riesgo de contraer la enfermedad y al aislamiento social que disminuye la funcionalidad y obstaculiza la realización de las actividades de la vida diaria.
En este contexto, es necesario destacar la importante labor de los profesionales de la salud, familiares y cuidadores que acompañan a los adultos mayores durante el confinamiento, promoviendo su salud integral, autonomía e independencia.
Fuente: Terapia NeurocognitivaAutores:Milagros Ferreyra y Martín Gabriel Jozami Nassif Miembros de Terapia Neurocognitiva