Una publicación científica reciente de la revista Nutrients del Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) sugiere que podría haber una correlación entre el consumo regular de queso y una mejor salud cognitiva en la población de edad avanzada.
A lo largo de los años, el nexo entre los hábitos alimenticios y su impacto en el bienestar físico se ha establecido firmemente. Sin embargo, el ámbito de la salud cognitiva y su relación con la ingesta de alimentos es un área que todavía se está explorando activamente. Los productos lácteos, especialmente la leche y el queso, han estado previamente bajo el microscopio, y algunos estudios insinúan sus beneficios protectores para el cerebro, pero la evidencia ha sido inconsistente.
A medida que la prevalencia global de trastornos cognitivos, incluido el Alzheimer, continúa aumentando, la identificación de los factores dietéticos y de estilo de vida que podrían mitigar el riesgo se vuelve primordial. Este estudio reciente se basó en la premisa de investigaciones anteriores que sugirieron una asociación beneficiosa entre la ingesta de queso y la perspicacia cognitiva.
El equipo de investigación analizó datos de 1,516 participantes de 65 años o más, reclutados de un grupo de participantes de una encuesta geriátrica que el equipo realizó una vez al año, cada dos años. Estas personas, que tenían su sede en Tokio, Japón, fueron sometidas a evaluaciones detalladas sobre sus patrones dietéticos, con un enfoque especial en el consumo de queso.
Sus capacidades cognitivas se midieron utilizando el Mini-Mental State Examination (MMSE), una prueba de 30 puntos ampliamente utilizada de la función cognitiva entre los ancianos; Incluye pruebas de orientación, atención, memoria, lenguaje y habilidades visuales-espaciales. Para el alcance de esta investigación, una puntuación MMSE de 23 o inferior se clasificó como indicativa de una función cognitiva más baja.
Después de un riguroso análisis de datos, teniendo en cuenta variables como la edad, la actividad física y los hábitos dietéticos generales, los resultados mostraron que los participantes que incorporaron queso en sus dietas tenían menos probabilidades de registrar puntuaciones de 23 o menos en el MMSE.
La disección adicional de los datos reveló que los consumidores de queso consistentes también se jactaban de una dieta más diversa; sin embargo, esta diversidad dietética no disminuyó la correlación observada entre el consumo de queso y la destreza cognitiva.
Sin embargo, a pesar de estos resultados, ciertas limitaciones en el estudio merecen mención. La naturaleza transversal del estudio significa que capturó datos en un punto singular en el tiempo, excluyendo cualquier inferencia causal. La dependencia del consumo de queso informado por los participantes podría introducir posibles sesgos de recuerdo. Además, si bien el MMSE es una herramienta evaluativa de buena reputación, el puntaje de corte empleado en este estudio como marcador de función cognitiva inferior puede diferir de otras convenciones de investigación.
«Aunque el presente estudio fue un análisis de datos transversales de adultos mayores que viven en la comunidad japonesa, los resultados sugieren que la ingesta de queso está inversamente asociada con una función cognitiva más baja incluso después de ajustar por múltiples factores de confusión. En el futuro, se necesita un análisis longitudinal a gran escala para dilucidar la relación causal», concluyeron los investigadores.
Fuente: Revista Nutrients del Multidisciplinary Digital Publishing Institute
Articulo original: Titulo: “Inverse Association between Cheese Consumption and Lower Cognitive Function in Japanese Community-Dwelling Older Adults Based on a Cross-Sectional Study“: Llevado a cabo por un equipo de investigadores liderados por Hunkyung Kim del Centro de Investigación Gaon in la Republica de Corea.