¿Se puede distinguir si un cerebro es de un zurdo o de un diestro?

¿Es posible distinguir el cerebro de las personas zurdas del de las diestras observando su actividad cerebral en respuesta a estímulos o al realizar tareas? Esta cuestión es importante, no solo desde la perspectiva de la neurología básica sino también desde la perspectiva de diversas aplicaciones prácticas, como por ejemplo las interfaces cerebro-ordenador, la robótica para rehabilitación de personas lesionadas y los sistemas de realidad aumentada.

 

Desde hace varios años, el equipo integrado, entre otros, por Jinung An y Sang Hyeon Jin, ambos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Daegu Gyeongbuk (DGIST) en Corea del Sur, ha estado realizando activamente investigaciones fundamentales para responder a estas preguntas sobre diestros y zurdos. El objetivo inicial de estos científicos era encontrar un método para evaluar objetivamente los dispositivos hápticos, que proporcionan una retroalimentación táctil simulando texturas y superficies, basándose en las respuestas a nivel cerebral de los usuarios, tanto diestros como zurdos.

 

En el campo sensorial, la tecnología háptica es la relativa al sentido del tacto, al igual que la tecnología óptica es la relativa al sentido de la vista.

 

En un estudio anterior, los investigadores habían descubierto que los cerebros de los diestros respondían de manera diferente a los de los zurdos cuando realizaban tareas de manipulación complicadas. Explicado de modo simplificado: cuando un diestro utiliza su mano derecha, se activan áreas específicas dentro del hemisferio cerebral izquierdo; por el contrario, cuando usa la mano izquierda, se utiliza un área mucho más grande que abarca ambos hemisferios cerebrales. Sorprendentemente, esta asimetría resultó ser mucho más pronunciada en los diestros que en los zurdos.

 

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Jinung An (izquierda) y Sang Hyeon Jin en un laboratorio del DGIST. (Foto: DGIST)

 

En la nueva investigación, An y sus colegas han comprobado que esta asimetría en los diestros también era evidente durante la estimulación táctil pasiva de los dedos. Utilizaron una técnica llamada espectroscopia funcional de infrarrojo cercano para vigilar de forma no invasiva los cambios en la oxigenación de los glóbulos rojos del cerebro, que reflejan sus patrones de activación local. Los resultados indican que es factible distinguir entre el cerebro de los zurdos y el de los diestros sin más ayuda que la observación cerebral y el tacto pasivo. La técnica empleada revela diferencias funcionales de la corteza cerebral.

 

Estos resultados también son importantes en el desarrollo de tratamientos de mejora cognitiva para el autismo y en las técnicas de inteligencia artificial que se basan en imitar al cerebro. Además, este enfoque podría marcar un antes y un después en el avance de diversas tecnologías hápticas. (Fuente: NCYT de Amazings)

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