4 formas inteligentes de hacer frente al COVID-19

Estamos, sin duda, viviendo en un tiempo sin precedentes de ansiedad, incertidumbre, miedo e inquietud. La palabra «sin precedentes» se anuncia en numerosos informes de noticias y medios de comunicación social, que describen la naturaleza de la pandemia de COVID-19 (coronavirus). La mayoría de las personas en el planeta hoy no han vivido una gran crisis de salud de esta magnitud, como la crisis de polio de principios del siglo XX. Con eso, estamos todos juntos en esto, descubriendo lo que significa refugiarse en un lugar, poner en cuarentena, estudiar en casa, trabajar desde casa, estudiar de forma remota, socialmente a distancia, limpiar con productos de limpieza superficies en el hogar y el trabajo,  proteger a nuestros adultos mayores y poblaciones vulnerables, y afrontar la escasez de papel higiénico y otros suministros de comestibles.

Algunos de nosotros ya estamos lidiando con la exposición al COVID-19, podemos tener un ser querido afectado o estamos tratando de buscar tratamiento médico a medida que continúa la propagación del coronavirus. Otros son padres solteros que se esfuerzan por equilibrar el trabajo desde el hogar con los niños que se encuentran en casa. Las personas con antecedentes de abuso pueden verse afectadas especialmente porque deben enfrentarse a refugiarse en el lugar con familiares o parejas tóxicas con las que de otra manera no estarían en contacto. Algunas personas ahora están despedidas del trabajo o tal vez no tienen hogar. No estamos libres de estrés en este momento. En resumen, el coronavirus no solo es una crisis de salud, también es una crisis psicológica que tiene el potencial de enviar a las personas al modo de lucha o huida.

A continuación, te proporcionamos 4 consejos adicionales para ayudarte a reducir tu estrés y trauma a la pandemia de COVID-19:

  1. Estrategias de supervivencia. Cuando nuestros cerebros perciben un trauma, entramos en modos de lucha, huida, congelación o leonado. Estas estrategias de supervivencia que se originan en el cerebro reptiliano están diseñadas para eso: supervivencia. Sin embargo, estar encerrado en un modo de trauma detiene nuestro procesamiento de orden superior (atención, enfoque, concentración, capacidad de hablar). Nuestros cuerpos literalmente «sostienen» el trauma en forma de hipervigilancia, aumento del ritmo cardíaco, tensión corporal y muscular, dolores de estómago y dolores de cabeza. Entonces, para desbloquear esa sensación encarnada de trauma retenido, debemos liberarlo de una manera somática. Investigadores como Bessel van der Kolk, quien escribió el The Body Keep the Score: Brain, Mind and Body, and the Healing of Trauma (2017), sugieren lo siguiente para la liberación fisiológica del trauma «sostenido»: yoga, meditación basada en la atención plena, respiración abdominal, tai chi, EMDR (una modalidad terapéutica que utiliza movimientos bilaterales), experiencia somática (modalidad terapéutica) y movimientos bilaterales fuera de la naturaleza (como caminar).

  1. Liberación de emociones. La renombrada terapeuta e investigadora de arte Cathy Malchiodi escribe y da numerosas conferencias sobre el uso de las artes expresivas, incluidas las artes visuales (dibujo, pintura, escultura, collage, música, danza) para abordar la liberación de emociones cuando nuestra amígdala se activa como una alarma de incendio con una batería agotada. Para calmar nuestra angustia y relajar la sirena del cerebro, podemos: dibujar, pintar, esculpir, bailar, escuchar música, cantar, tocar un instrumento, escribir poesía y actuar. Hay muchas estrategias de artes expresivas que me gusta usar con mis clientes, tanto jóvenes como mayores: crear una caja de recuerdos, diseñar bolas de estrés, hacer una muñeca de preocupación, diseñar un mandala, crear un atrapasueños para mantener pesadillas, esculpir una imagen que es reconfortante y relajante, haga un mapa corporal. Las artes expresivas nos permiten expresar y liberar lo que a veces no es accesible verbalmente cuando esa parte de nuestro cerebro está desconectada debido a traumas/ estrés/ansiedad.

  1. Momento de relajación. Una vez que hemos podido centrarnos, calmarnos y desestresarnos a nivel físico y emocional, nuestros cuerpos literalmente comienzan a entrar en una respuesta de relajación. Nuestro centro de habla se ilumina de nuevo y podemos acceder al idioma. El enfoque, la concentración, la memoria y el habla se vuelven posibles una vez que se activa nuestra corteza prefrontal. Es entonces cuando las modalidades terapéuticas como la reestructuración cognitiva pueden ser beneficiosas, así como narrar nuestra propia historia para disminuir la disonancia cognitiva. Podemos: escribir en un diario, tomar terapia cognitivo-conductual con un terapeuta capacitado, leer libros sobre reestructuración cognitiva, dibujar una línea de tiempo y etiquetar el mapa de ruta con la historia de nuestro viaje, hablar con otros de confianza para tener apoyo.

  1. Cuidado personal superior: este concepto significa lo siguiente: 1) Obtenga al menos 5 horas consecutivas de sueño/ciclo de sueño para restaurar la serotonina en tu cerebro (el neurotransmisor que regula el estado de ánimo necesita ser «completado» como un tanque de gasolina) ; 2) buena nutrición; 3) ejercicio (preferiblemente al aire libre y en la naturaleza); 4) apoyos sociales sólidos y enriquecedores; 5) consulte a un terapeuta si tiene una crisis de salud mental (muchos ahora ofrecen servicios a través en linea); 6) mantenerse conectado electrónicamente con sus seres queridos mientras necesita distancia física socialmente; 7) manténgase alejado de los medios de comunicación que provocan más ansiedad/trauma, y ​​solo verifique fuentes confiables de información; 8) conecta con tu espiritualidad; 9) Esto pasará; 10) Vamos a superar esto juntos, como seres humanos en el planeta.

Fuente: PsychCentral

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