Los estereotipos son generalizaciones sobre grupos de personas que nos permiten juzgar rápidamente a las personas sin tener que dedicar mucho tiempo a conocerlas. Esta capacidad de categorización rápida probablemente trajo ventajas evolutivas, ayudando a nuestros antepasados a navegar eficientemente por sus entornos y tomar decisiones rápidas.
Sin embargo, confiar demasiado en los estereotipos puede resultar problemático cuando no se alinean con las características o comportamientos reales de la persona con la que estamos interactuando. Por ejemplo, el tono didáctico de un maestro puede parecer condescendiente cuando resulta que el joven al que se dirige es también un educador y no un estudiante.
Sin embargo, nuestra comprensión científica actual de cómo los estereotipos realmente dan forma a nuestras interacciones sociales, particularmente frente a evidencia contradictoria, sigue siendo limitada. Esta comprensión es necesaria si queremos abordar los sesgos asociados con los estereotipos y fomentar una sociedad más inclusiva y equitativa.
Juegos de interacción
Una nueva línea de investigación está arrojando luz sobre este asunto. En el corazón de esta investigación se encuentra el reconocimiento de que los juegos de interacción mediados por computadora ofrecen un conjunto de herramientas único. Debido a que los participantes del estudio no pueden verse ni escucharse durante el juego, los investigadores pueden alterar experimentalmente las creencias de los individuos sobre sus compañeros de interacción. Esto permite una evaluación posterior de las tendencias de los participantes para comportarse de acuerdo con esas creencias preconcebidas.
Para ilustrar esta idea, los investigadores pueden diseñar un juego en el que los participantes interactúen con dos compañeros distintos: un niño de 5 años y un adulto. El giro es que ambos ‘roles’ los realiza el mismo individuo, que no sabe qué papel está asumiendo en cada interacción. Esta configuración garantiza que cualquier disparidad percibida entre el niño y la pareja adulta sea atribuible únicamente a las creencias basadas en estereotipos de los participantes sobre sus capacidades, en lugar de a las diferencias reales en el comportamiento y la comprensión entre las dos parejas.
Investigaciones anteriores que utilizaron esta configuración experimental han demostrado que los participantes instintivamente hacen adaptaciones sutiles cuando creen que están interactuando con el compañero ‘niño’. Al igual que modificamos naturalmente nuestro estilo de comunicación con los niños ajustando el tono y la inflexión de nuestra voz, los participantes en estos juegos tienden a poner más énfasis en partes importantes del tablero de juego digital cuando interactúan con el presunto compañero infantil.
En conclusión, estas observaciones destacan el importante papel de la evidencia basada en la interacción para dar forma al impacto de los estereotipos. Nuestra capacidad para alinear la influencia de los estereotipos con la evidencia derivada de las interacciones sociales se desarrolla a través de la participación en las interacciones sociales, particularmente en los primeros años de vida.
Del mismo modo, estos hallazgos subrayan la importancia en el mundo real de utilizar juegos de interacción como herramientas de investigación, destacando la importancia de estudiar las creencias estereotipadas en el contexto de las interacciones sociales en vivo, donde son más importantes.
Fuente: Psychology Today