¿Puedes decir honestamente ahora que estás sintiendo? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una revisión exhaustiva de tus sentimientos?
¿Según un artículo recientemente publicado por Katherine Tullman de la Universidad del Norte de Arizona (2020), ponerte en contacto con tus “sentimientos no sentidos”? puede ser exactamente lo que necesitas hacer en este momento.
¿Te preguntarás cuales son los «sentimientos no sentidos»? ¿Cómo no puedes sentir algo que sientes? Tullman sostiene que esta sensación no sentida existe de todos modos. En contraste con una emoción que, por definición, se “siente” y se etiqueta, un sentimiento no sentido es aquel que surge independientemente de tu conciencia consciente, afectando tus acciones, lo reconozcas o no.
Tullman cree que uno de los problemas con un sentimiento que no se siente es que no se puede utilizar exactamente la introspección o mirar dentro de uno mismo para identificar su presencia. Volviendo al ejemplo de la ansiedad ante la pandemia, ese sentimiento no sentido puede reflejarse en una escrupulosa adherencia al uso de mascarillas y en el distanciamiento social. Esto, por un lado, en realidad podría ser adaptativo si este comportamiento resulta en protegerte a ti mismo o a tu familia.
Por otro lado, ¿qué pasa si estos sentimientos no sentidos conducen a comportamientos que no son tan adaptativos? ¿Buscas constantemente en línea nueva información sobre cómo se está propagando el COVID-19? ¿No puedes dormir? ¿Te enojas con las personas que te importan sin razón aparente? Sin ser consciente de tus sentimientos, estos comportamientos descontrolados pueden apoderarse de tu vida.
¿De dónde provienen estos sentimientos no sentidos? Según Tullman, algo debe estar sucediendo en tu sistema nervioso para iniciar la cadena de eventos que conducen desde ese sentimiento no sentido a tu comportamiento. En sus palabras, “tener un sentimiento es tener un estado mental presente, X, donde X está constituido por o causa un cambio corporal que juega un papel funcional psico-conductual y está apropiadamente relacionado con un estado cerebral ”.
Esta definición bastante compleja, por lo tanto, asume que existe una base fisiológica para un sentimiento. Ese «estado cerebral» es más específicamente una función del sistema nervioso autónomo del cuerpo que registra esos sentimientos, ya sea que los reconozcas o no. Considera como una analogía la sensación que tienes como si alguien, ya sea un extraño o tu gato, te está mirando. Algo dentro de tu sistema nervioso te hace mirar hacia adentro, aunque no hayas registrado conscientemente su mirada.
Observar tu propio comportamiento, ya sea el insomnio o mirar fijamente a tu gato, podría convertirse en un «indicio» importante para aprovechar esa sensación inconsciente . Tullman señala que hay otro dato que puedes usar para reconocer un sentimiento no sentido basado en la forma en que los demás te responden.
Su lenguaje verbal y corporal, así como sus acciones abiertas, pueden significar para las personas que te rodean lo que estás sintiendo ahora, incluso si no estas consciente de ello. Pueden verlo cuando te congelas si alguien se acerca a dos metros de distantes de ti, y ver el terror en tus ojos si el cubrebocas de otra persona parece estar demasiado suelto. Si comparten una cama contigo, pueden dar fe de tu flujo constante de noches de insomnio. Si bien es posible que no sientas tus sentimientos, pueden resultar sorprendentemente obvios para los espectadores.
La propuesta de Tullman de que los sentimientos no sentidos pueden impulsar el comportamiento de una persona, sugiere sobre las consecuencias negativas de mantener esos sentimientos en secreto.
Afortunadamente, tus sentimientos no sentidos no tienen por qué serlo para siempre, ni tienen que llevarte por el camino del comportamiento que luego lamentarás. Existen 3 pasos que pueden ayudarte a romper la barrera inconsciente que te impiden este importante tipo de autoconciencia:
- Acepta que los sentimientos que no sientes pueden proporcionarte información útil sobre tu estado psicológico real. Es posible actuar de manera que pueda perjudicarte o beneficiarte sin que necesariamente seas capaz de expresar esos sentimientos con palabras. Este primer paso te permitirá admitir la posibilidad de que no siempre tengas el control de tus reacciones emocionales.
- Observa lo que estás haciendo. Ahora que aceptas la idea de los sentimientos no sentidos, usa tu propio comportamiento para darte pistas. Considera este simple ejemplo basado en uno de los artículos de Tullman. Agarra un vaso de agua sin darte cuenta de que tienes sed. De manera similar, si miras tu propio lenguaje corporal cuando estás en una situación tensa, entonces quizás estés realmente nervioso a pesar de que pensabas que estabas bien.
- Observe cómo reaccionan los demás. Puedes tratar de fingir un sentimiento positivo cuando estás con alguien que no te agrada, pero si esa persona se aleja de ti o dice algo hiriente, tal vez ese sentimiento no fue tan positivo después de todo. Si necesitas llevarte bien con esta persona, entonces también necesitas ajustar lo que está diciendo y cómo está actuando para suavizar las aguas turbulentas.
En resumen, el análisis perspicaz de Tullman de los sentimientos no sentidos puede brindarte una mejor comprensión de tí mismo y de los sentimientos no identificados que impulsan tu comportamiento. Ponerse en contacto con esos sentimientos, incluso en tiempos difíciles, puede ayudarte a promover tu salud mental y satisfacción emocional.
Fuente: Psychology Today
Referencia:
Tullmann, K. (2020). The case for unfelt feelings. Journal of Mind and Behavior, 41(1), 15–38.