Los síntomas del estrés pueden estar afectando tu salud, aunque no te des cuenta. Puedes pensar que alguna otra enfermedad es la culpable de ese dolor de cabeza irritante, tu insomnio frecuente o tu productividad disminuida en el trabajo. Pero el estrés en realidad puede ser la causa.
De hecho, los síntomas del estrés pueden afectar tu cuerpo, tus pensamientos y sentimientos, y tu comportamiento. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes del estrés puede ayudarte a controlarlos. El estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como, por ejemplo:
En tu cuerpo: dolor de cabeza, tensión o dolor muscular, dolor de pecho, fatiga, cambios en el deseo sexual, malestar estomacal, problemas para dormir, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
En tu estado de ánimo: ansiedad, inquietud, falta de motivación o concentración, sentirse abrumado, irritabilidad o enojo, tristeza o depresión
En tu comportamiento: comer en exceso, arrebatos de ira, uso indebido de drogas o alcohol, consumo de tabaco, aislamiento social, hacer ejercicio con menos frecuencia.
Si tiene síntomas de estrés como los arriba mencionados, tomar medidas para controlar tu estrés puede tener muchos beneficios para tu salud. Explora estrategias de manejo del estrés, como:
- Hacer actividad física con regularidad
- Practicar técnicas de relajación, como respiración profunda, meditación, yoga, tai chi o masajes.
- Mantener el sentido del humor
- Pasar tiempo con familiares y amigos.
- Apartar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música.
Trata de encontrar formas activas de manejar tu estrés. Las formas inactivas de manejar el estrés, como mirar televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar tu estrés a largo plazo.
Asegúrate de dormir lo suficiente y llevar una dieta sana y equilibrada. Evita el consumo de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol y el uso de sustancias ilegales.
Si no estás seguro de si el estrés es la causa de mala salud o si has tomado medidas para controlar tu estrés, pero tus síntomas continúan, consulta a tu médico. Es posible que tu proveedor de atención médica desee buscar otras posibles causas. O considera consultar a un consejero o terapeuta profesional, quien pueda ayudarte a identificar las fuentes de tu estrés y aprender nuevas herramientas de afrontamiento.
Además, busca ayuda de emergencia de inmediato si tienes dolor en el pecho, especialmente si también tienes dificultad para respirar, dolor de mandíbula o espalda, dolor que se irradia hacia el hombro y el brazo, sudoración, mareos o náuseas. Estos pueden ser signos de advertencia de un ataque cardíaco y no simplemente síntomas de estrés.
Fuente: Mayo Clinic