Un estudio reciente utilizó técnicas de aprendizaje automático para explorar la relación entre los patrones de caminata y la calidad del sueño. Los hallazgos sugieren que las personas con menor calidad de sueño exhiben menos variación en la inclinación de su pelvis, particularmente notable al comenzar a caminar después de girar. Además, estas personas a menudo tienen dificultades para mantener una velocidad constante al caminar. El artículo fue publicado en Sleep Science.
Los problemas de calidad del sueño se refieren a problemas que afectan la capacidad de una persona para tener un sueño lo suficientemente reparador y reparador. La falta de sueño provoca fatiga diurna, alteraciones del estado de ánimo y deterioro de la función cognitiva. Los problemas comunes del sueño incluyen dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche, despertarse demasiado temprano y sueño no reparador.
La mala calidad del sueño puede deberse a factores que incluyen estrés, ansiedad, problemas de salud, un entorno deficiente para dormir y elecciones de estilo de vida, como el exceso de cafeína o el tiempo frente a la pantalla antes de acostarse. Los problemas crónicos de calidad del sueño pueden tener consecuencias graves para la salud, incluido un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y trastornos de salud mental.
Los estudios han indicado que la calidad del sueño podría estar asociada con la forma en que uno camina. Este patrón de movimientos corporales que realiza una persona para caminar se llama marcha. Los hallazgos en adultos mayores indican que la mala calidad del sueño podría reducir la velocidad de la marcha, pero también la variabilidad de la misma. Estos cambios en los patrones de marcha se asocian con un mayor riesgo de caídas en las personas mayores. Sin embargo, no muchos estudios exploraron esto en adultos más jóvenes.
El autor del estudio, Joel Martin, y sus colegas querían examinar las asociaciones entre la calidad del sueño y las características de la marcha en adultos más jóvenes. Estaban particularmente interesados en identificar las características de la marcha asociadas con la mala calidad del sueño, características que podrían ser útiles para evaluar a las personas con mayor riesgo de sufrir lesiones.
Los participantes del estudio fueron 123 adultos de entre 18 y 36 años. Para ser incluidos en el estudio, los participantes debían poder pararse y caminar durante dos minutos sin ningún dispositivo de asistencia. De estos participantes, el 63% eran mujeres, con una edad promedio de 24 años.
Los participantes informaron sus datos demográficos, respondieron una serie de preguntas sobre sus actividades en las últimas 24 horas y completaron una evaluación de la calidad del sueño (el Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh). Después de esto, completaron una prueba de marcha durante la cual usaron un sistema de sensores inerciales utilizados para evaluar la marcha durante la prueba (Laboratorio de Movilidad de APDM Wearable Technologies). La prueba de caminata requirió que los participantes caminaran durante dos minutos a un ritmo que les resultara cómodo (mientras usaban los sensores). Los autores del estudio utilizaron el aprendizaje automático para encontrar una manera de predecir la calidad del sueño basándose en los patrones de caminata de los participantes registrados por sensores.
Los resultados mostraron que el 59% de los participantes podían considerarse buenos durmientes, mientras que el 41% dormían mal. La característica de la marcha más importante para predecir la calidad del sueño fue el rango de movimiento transversal lumbar del primer paso, es decir, el grado de movimiento de rotación que se produce en la región lumbar de la columna durante el paso inicial de la marcha. El primer paso lumbar con flexión frontal izquierda máxima fue el segundo predictor más importante de falta de sueño. Se refiere al grado máximo de flexión hacia el lado izquierdo en el plano frontal que se produce en la región lumbar de la columna durante el paso inicial de la marcha.
En general, las personas que dormían mal tendían a tener menores cambios en el ángulo de inclinación de la pelvis, particularmente durante el paso inicial de caminar y cuando comenzaban a caminar después de girar. También tuvieron más dificultades para mantener una velocidad de marcha constante.
El modelo de aprendizaje automático que desarrollaron estos investigadores tuvo una precisión del 62% en la predicción de la calidad del sueño, que es un poco menor que la precisión informada en algunos otros estudios.
“Los resultados de nuestros hallazgos post hoc respaldan que las personas que duermen mal pueden mostrar cambios muy sutiles en la marcha normalmente asociados con dificultad para iniciar y mantener la velocidad de la marcha. En particular, estos patrones de marcha son similares a los de las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en las extremidades inferiores o que caminan más lentamente”, concluyeron los autores del estudio.
El estudio arroja luz sobre los vínculos entre los patrones de marcha y la calidad del sueño. Sin embargo, cabe señalar que el estudio no controló el estado de ánimo de los participantes, que también puede afectar tanto las propiedades de la marcha como los patrones de sueño.
Fuente: Sleep Science
Articulo original: Titulo: “Association between Self-reported Sleep Quality and Single-task Gait in Young Adults: A Study Using Machine Learning,”. Autores: Joel Martin, Haikun Huang, Ronald Johnson, Lap-Fai Yu, Erica Jansen, Rebecca Martin, Chelsea Yager y Ali Boolani.