Si observaste cómo se ensanchaba tu cintura durante el confinamiento, no estás solo.
Casi la mitad de los adultos estadounidenses acumularon kilos de más durante el primer año de la pandemia, lo que empeoró aún más la crisis nacional de obesidad, según muestra un nuevo estudio.
«La obesidad era una epidemia antes de la pandemia, y se sabía poco sobre los cambios en el peso corporal en el último año en los estadounidenses adultos», dijo el investigador principal del nuevo estudio, Jagdish Khubchandani, profesor de salud pública en la Universidad Estatal de Nuevo México. «Queríamos estimar los cambios de peso en la población de EE. UU. y sus determinantes después del primer año de la pandemia».
Para hacer eso, Khubchandani y sus colegas encuestaron a más de 3400 adultos y encontraron que el 48 % dijo que aumentó de peso durante los primeros 12 meses de la pandemia, de marzo de 2020 a abril de 2021.
Aquellos que reportaron aumento de peso eran más propensos a ser hombres, blancos o hispanos, casados, de 45 años o más, tener un trabajo de tiempo completo, tener una educación inferior a la universitaria y vivir en estados del sur y del oeste o en áreas rurales.
Los investigadores también encontraron que las personas tenían más probabilidades de haber aumentado de peso si tenían sobrepeso antes de la pandemia (un poco más del doble de probabilidades), tenían hijos en casa (1,39 veces), tenían depresión o ansiedad.
El hallazgo de que el aumento de peso era más probable entre ciertos grupos que ya eran vulnerables a peores resultados de salud es preocupante, dijo Khubchandani.
La pandemia puede ampliar las disparidades de salud existentes y aumentar la carga de enfermedades crónicas para algunos grupos, explicó el autor del estidio.
«Es una tormenta perfecta de salud «, dijo Khubchandani en un comunicado de prensa de la universidad. “Estados Unidos consiste en una población adulta donde la mayoría sufre de una enfermedad crónica, tiene sobrepeso u obesidad, no cumple con las pautas de actividad física o tiene patrones de alimentación poco saludables con un menor consumo de frutas y verduras”.
Un estudio anterior de la Universidad Estatal de Nuevo México encontró que la pandemia contribuyó en hábitos alimenticios poco saludables relacionados con el estrés en los estadounidenses.
«Nuestro estudio se relaciona con muchas tendencias nacionales que indican un alto nivel de estrés en algunos grupos, como padres, trabajadores esenciales y personas con ingresos limitados y educación más baja», comento Khubchandani. «Incluso antes de la pandemia, el estrés era un determinante importante de los estilos de vida poco saludables en los estadounidenses adultos, y el problema sigue empeorando para ciertos grupos».
El estudio fue publicado en la edición de enero de la revista Diabetes and Metabolic Syndrome: Clinical Research and Reviews.
Fuente: Universidad Estatal de Nuevo México