Para bien o para mal, gran parte de la vida se clasifica según líneas de género: las tiendas de ropa tienen secciones para hombres y mujeres, ciertos alimentos se consideran más varoniles o femeninos, e incluso las bebidas pueden adquirir un brillo de género.
Una investigación recientemente publicada encuentra que incluso las redes sociales son un lienzo para rígidos estereotipos de género.
Específicamente se observó que los hombres que publican con frecuencia en las redes sociales son vistos como femeninos, un fenómeno al que nos referimos como el «estereotipo de feminidad de publicaciones frecuentes». Se detectó este sesgo en cuatro experimentos con más de 1300 encuestados de EE. UU. Y el Reino Unido.
Publicar debe ser visto como poco masculino
A los investigadores del comportamiento del consumidor, desde hace mucho tiempo les interesan las contradicciones, peculiaridades y restricciones asociadas con la masculinidad
Estas dinámicas tienen implicaciones de gran alcance en el mundo del marketing. Es ampliamente conocido, por ejemplo, que Coke Zero se creó como una alternativa a la Coca-Cola Light, un producto que los hombres evitaban notoriamente por sus supuestos vínculos con las mujeres que querían perder peso. Incluso existe una tendencia entre las personas a pensar que no es masculino dormir más, porque la necesidad de descansar está relacionada con la debilidad y la vulnerabilidad.
Pensemos en cómo algunas de estas nociones podrían entrar en juego en las redes sociales. Los datos de las encuestas sugieren que hombres y mujeres usan las plataformas de redes sociales de maneras muy diferentes: por ejemplo, los hombres tienden a estar en menos plataformas en general y no publican con tanta frecuencia como las mujeres en aplicaciones como Instagram.
Los investigadores se preguntaron si los prejuicios de género tenían algo que ver con el motivo. ¿Se juzga duramente a los hombres cuando comparten en las redes sociales?
Para probar esta pregunta, realizaron una serie de experimentos en los que se pidió a los encuestados que evaluaran a un hombre «normal, promedio y común» que publica con frecuencia o rara vez en las redes sociales. Para ofrecer una imagen más concreta, descubrieron al hombre como alguien que publica en línea por diversión y tiene un número moderado de seguidores.
Los encuestados calificaron consistentemente al hombre como más femenino cuando lo describieron como un usuario frecuente de las redes sociales. Esto fue cierto independientemente de las suposiciones hechas sobre la edad, la educación, la riqueza y la plataforma de redes sociales preferida del hombre. También controlaron el género, la edad, las creencias políticas y el uso de las redes sociales de las personas que participaron en el estudio.
En particular, utilizaron un escenario idéntico para describir el comportamiento de publicación de una mujer, y la frecuencia de las publicaciones no tuvo ningún efecto en lo femenina que la gente pensaba que era.
¿Qué explica entonces este efecto algo inusual?
Los investigadores descubrieron que cualquiera que publique con frecuencia, independientemente de su género, da la impresión de ser una persona que busca atención y validación. Pero esta sensación proyectada de necesidad sólo se traduce en la percepción de feminidad en los hombres.
Esto tiene sentido. Después de todo, las investigaciones han demostrado que rechazar la feminidad es crucial para las nociones convencionales de masculinidad, mientras que evitar la masculinidad no es necesariamente crucial para la feminidad convencional. De hecho, los anuncios, los programas de televisión, las películas y la música siguen reforzando la idea de que los hombres deben ser decididamente estoicos y autosuficientes. Los resultados indican que al publicar con frecuencia en línea, los hombres dan la impresión de lo contrario.
No solo eso, sino que el efecto del “estereotipo de feminidad de publicaciones frecuentes” resultó ser aún más persistente de lo que se esperaba.
Dos de los experimentos intentaron, pero finalmente fracasaron, frenar este sesgo.
En primer lugar, examinaron si los hombres eran juzgados de manera diferente cuando compartían contenido sobre otros que sobre ellos mismos: la idea era que esta forma de comportamiento de publicación pareciera considerado y no como una búsqueda de validación. En segundo lugar, examinaron si los hombres influyentes (que publican principalmente por motivos profesionales) enfrentaban el mismo estereotipo.
En ambos casos, y para sorpresa de los investigadores, las publicaciones frecuentes hicieron que los participantes vieran a estos usuarios de las redes sociales como más femeninos.
Hay muchas cosas que no sabemos sobre este prejuicio único.
Por ejemplo, no está claro hasta qué punto el estereotipo de feminidad de las publicaciones frecuentes afecta la forma en que se juzga a los hombres en diferentes culturas. Si bien los hombres de todo el mundo suelen ser considerados menos masculinos cuando parecen necesitados, nuestra investigación sólo incluyó participantes del Reino Unido y EE. UU.
Igual de crítico: ¿Cómo se puede romper por completo la conexión entre las publicaciones frecuentes y la feminidad? La investigación sugiere que este vínculo es duradero y refleja una dinámica de género persistente.
Aún así, vale la pena explorar cómo las plataformas pueden frenar este prejuicio a través de su diseño. Por ejemplo, BeReal es una aplicación que pide a los usuarios que compartan rápidamente una fotografía sin editar de lo que están haciendo en un momento aleatorio durante el día. Funciones como estas parecen enfatizar la autenticidad, la rutina y la comunidad. ¿Es esta la receta necesaria para cambiar la asociación entre publicar y buscar validación?
En particular, los hombres están experimentando tasas históricas de aislamiento social y enfrentan terribles consecuencias para su salud mental. Es probable que esta crisis de salud se vea exacerbada por prejuicios generalizados que hacen que los hombres sientan que no pueden hablar sobre sus problemas o pedir ayuda. El estereotipo de feminidad de quien publica frecuentemente revela otro caso en el que se juzga a los hombres por intentar expresarse y establecer conexiones sociales.
Como escribió la corresponsal del New York Times, Claire Cain Miller, en 2018, hay “muchas maneras de ser una niña, pero una manera de ser un niño”, tanto en las culturas occidentales como en todo el mundo.
¿Qué hará falta para que se amplíe esa rígida definición de masculinidad?
Fuente: The Conversation