Un estudio reciente publicado en la revista Deviant Behavior ha encontrado una relación significativa entre el estrés académico y el mayor uso de videojuegos entre los adolescentes. La investigación indica que esta conexión está influenciada por la confianza de los adolescentes en sus habilidades de juego, lo que sugiere que los videojuegos pueden servir como un mecanismo para afrontar las presiones académicas.
Los videojuegos son cada vez más populares: más de dos mil quinientos millones de personas en todo el mundo participaron en actividades de juego en 2020, un aumento significativo con respecto a años anteriores. Este aumento en los juegos ha generado preocupación sobre posibles impactos negativos, particularmente entre los adolescentes.
Organizaciones profesionales, incluidas la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, han identificado el juego excesivo como un posible trastorno de salud mental. A pesar de estas preocupaciones, no todos los adolescentes que juegan videojuegos en exceso desarrollan conductas problemáticas, lo que lleva a los investigadores a investigar qué diferencia a quienes lo hacen.
El estudio, dirigido por Yeungjeom Lee de la Universidad de Texas en Dallas, tuvo como objetivo examinar cómo el estrés y la eficacia del juego afectan conjuntamente el uso excesivo de los videojuegos. Los investigadores utilizaron datos del Panel de usuarios de juegos administrado por la Agencia de Contenido Creativo de Corea, que incluyó una muestra longitudinal de 801 adolescentes de Corea del Sur. Los participantes, de entre 10 y 16 años, proporcionaron datos durante cinco años, de 2014 a 2018.
El estudio se centró en dos tipos de estrés: el académico y el relacionado con los compañeros. El estrés académico abarcaba preocupaciones sobre las calificaciones, los exámenes y el trabajo escolar, mientras que el estrés entre pares implicaba dificultades en la comunicación y el acoso. Los investigadores midieron el juego excesivo mediante una encuesta de 20 preguntas que evaluaba comportamientos como descuidar las responsabilidades y la vida social debido al juego. También se midió la eficacia del juego, o la creencia en la capacidad de uno para tener éxito en los videojuegos.
Los hallazgos indicaron un fuerte vínculo entre el estrés académico y un mayor uso de videojuegos. Los adolescentes que experimentaban niveles más altos de estrés académico tenían más probabilidades de participar en juegos excesivos. Esta relación, sin embargo, no se observó con el estrés relacionado con los compañeros, que no mostró una conexión significativa con el comportamiento de juego.
Un elemento crucial que identificaron los investigadores fue el efecto moderador de la eficacia del juego. La eficacia del juego se refiere a la creencia de un individuo en su capacidad para tener éxito jugando videojuegos. El estudio encontró que los adolescentes con mayor eficacia en los juegos tenían más probabilidades de utilizar los videojuegos como mecanismo de afrontamiento en respuesta al estrés académico. Esto sugiere que para quienes se sienten competentes y exitosos en el entorno de los videojuegos, los videojuegos sirven como un escape eficaz de las presiones y frustraciones asociadas con sus desafíos académicos.
El estudio destaca que los videojuegos proporcionan un entorno estructurado con objetivos claros y recompensas inmediatas, lo que puede resultar especialmente atractivo para los adolescentes que se enfrentan a presiones académicas constantes. A diferencia de la naturaleza a menudo ambigua y estresante del rendimiento académico, los videojuegos ofrecen una sensación de control y logro. Este sentido de competencia y logro en el mundo de los videojuegos ayuda a mitigar las emociones negativas asociadas con el estrés académico, lo que hace que los videojuegos sean la estrategia de afrontamiento preferida para muchos adolescentes.
Los investigadores controlaron variables como el comportamiento de juego anterior, el género, la edad, las horas diarias de juego, el autocontrol, la autoestima, el apoyo de los pares, el apego y la supervisión de los padres y el apoyo de los maestros para garantizar la precisión de sus hallazgos.
Pero todavía hay algunas limitaciones a tener en cuenta. Los datos se basaron en autoinformes, que pueden estar sujetos a sesgos e inexactitudes. Además, el estudio no tuvo en cuenta los diferentes tipos de videojuegos, que pueden tener distintos impactos en el comportamiento. Las investigaciones futuras deberían explorar cómo los diferentes géneros de juegos influyen en el juego excesivo y si estos hallazgos pueden generalizarse a adolescentes de otros países y culturas.
«Nuestra investigación revela además la compleja relación entre el estrés, los videojuegos y la adicción a los videojuegos», concluyeron los investigadores. “Nuestros resultados sugieren que los diferentes tipos de estrés no son equivalentes y que es importante considerar el tipo de estrés que experimentan los individuos. Nuestros resultados también sugieren que el valor que las personas otorgan a los videojuegos y a sí mismos como jugadores puede ser una de las razones por las que algunas personas pueden jugar videojuegos sin muchas consecuencias y otras se vuelven adictas”.
Fuente: Deviant Behavior
Articulo original: Titulo: “Exploring the Relationship Between Stress and Excessive Gaming: The Role of Game Efficacy”. Autores Yeungjeom Lee, Andrew Krajewski, Jihoon Kim y Kerrie Ann Hull.