Si quieres ser feliz, no persigas la felicidad

Si quieres ser feliz, no persigas la felicidad

Un nuevo estudio publicado en Current Opinion in Behavioral Sciences explica que centrarse obsesivamente en la felicidad (o su falta) podría ser un obstáculo permanente en su búsqueda de ella.

En cambio, aceptar tus emociones tal como son te da una oportunidad mucho mejor de desbloquear la verdadera felicidad.

«Las personas que valoran la felicidad en un grado extremo tienen menos probabilidades de alcanzar la felicidad tanto a corto como a largo plazo», explicó la psicóloga Felicia Zerwas de la Universidad de California, Berkeley. «Una razón por la que los científicos piensan que valorar la felicidad podría ser contraproducente es que podría llevar a las personas a sentirse más decepcionadas en los momentos en que la felicidad está más al alcance».

Para explicar esta paradoja, Zerwas citó un estudio en el que los investigadores mostraron a un grupo de participantes un artículo de periódico falso centrado en la felicidad para inducir a valorar la felicidad, mientras que otro grupo leyó sobre un tema no relacionado con la felicidad.

El estudio encontró que las personas inducidas a valorar la felicidad eran menos felices que las del otro grupo. «Al investigar qué explica esto, los investigadores encontraron que los niveles más bajos de felicidad se explicaban por sentirse más decepcionados mientras veían el clip», explicó Zerwas.

En otras palabras, una atención excesiva a nuestros propios sentimientos de felicidad nos hace centrarnos en los «qué pasaría si» y «por qué no» de la vida en un grado contraproducente.

El estudio de Zerwas se centró en dos enfoques diferentes que las personas adoptan al valorar la felicidad:

  1. Aspirando a la felicidad. Las personas que adoptan este enfoque ven la felicidad como un objetivo muy importante. El estudio sugiere que esta tendencia es relativamente inofensiva.
  2. Preocupación por la felicidad. Las personas que adoptan este enfoque tienden a juzgar si son lo suficientemente felices. Es esta tendencia, según Zerwas, la que se interpone en el camino de alcanzar la felicidad al introducir sentimientos negativos en la búsqueda de la felicidad.

Basado en estos dos enfoques, Zerwas sugirió que dos elementos de la felicidad pueden «hacer o romper» su búsqueda:

  1. Las estrategias que un individuo utiliza para buscar la felicidad importan. Por ejemplo, priorizar las actividades que aportan positividad a la vida diaria es una estrategia basada en la evidencia para aumentar la felicidad. Si las personas son capaces de reclutar estrategias útiles para alcanzar su objetivo de sentirse felices, entonces es mucho más probable que la búsqueda sea exitosa.
  2. La medida en que un individuo se siente mal acerca de sus emociones mientras persigue la felicidad importa. Por lo general, sentirse mal por algo puede ayudarnos a motivarnos a perseguir nuestros objetivos con más éxito. Por ejemplo, después de obtener una revisión de rendimiento deficiente, sentirse mal puede ayudarnos a motivarnos a desempeñarnos mejor en el futuro. No ocurre lo mismo cuando nuestro objetivo es sentirnos felices; sentirnos mal por nuestras emociones mientras buscamos la felicidad es contraproducente para el objetivo de sentirnos felices y hace que alcanzar la felicidad sea menos probable.

Zerwas también mencionó un par de falacias comunes con las que se encuentran las personas que podrían prepararlos para la decepción:

  • Por un lado, las personas no siempre saben lo que les traerá felicidad, lo que los lleva a participar en estrategias que no son realmente útiles. Por ejemplo, la mayoría de la gente cree que gastar dinero en uno mismo (en comparación con otra persona) debería promover la felicidad. Aún así, la investigación empírica sugiere lo contrario: las personas que gastan dinero en sí mismas no son tan felices como las que lo gastan en otros.
  • Además, las presiones sociales a veces pueden alentar la falacia de que las personas siempre deben sentirse felices para lograr un mayor bienestar. La investigación sugiere que este no es el caso. Aceptar las emociones de uno (ya sea que esas emociones sean positivas o negativas) puede aumentar el bienestar con el tiempo.

«En general, permitirse experimentar las emociones, cualesquiera que sean, con una actitud de aceptación podría ser una herramienta útil para buscar la felicidad», explicó Zerwas. Para cualquiera que se encuentre atrapado en esta paradójica cinta de correr de felicidad, describió dos modalidades de intervención que podrían ayudar:

  1. Una intervención centrada en enseñar a los individuos estrategias efectivas para perseguir con éxito la felicidad. Los terapeutas y los profesionales de la salud mental pueden ayudar a las personas a identificar qué ejercicios de felicidad podrían ser más efectivos para su situación específica.
  2. Una intervención centrada en la atención plena para disminuir la presión de establecer metas emocionales y la probabilidad de sentirse mal por las emociones mientras se persigue la felicidad.

 

Fuente: Current Opinion in Behavioral Sciences

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