La precariedad laboral es tóxica para la salud

La precariedad laboral es tóxica para la salud

La inseguridad laboral va en aumento, con muchos trabajos vinculados a contratos a corto plazo, trabajo independiente y la economía de trabajos temporales, incluidos los contratos de cero horas. Estos tipos de trabajos pueden ser mejores que estar desempleado, pero sin garantías en cuanto a ingresos, vacaciones o pago por enfermedad, pueden ser muy estresante. De hecho, no es difícil ver cómo las condiciones de trabajo precarias que ofrecen pueden ser perjudiciales para la salud: si uno tiene que preocuparse excesivamente por el cheque de pago, o el próximo contrato, o no puede planificar para el futuro, es probable que haya una alta angustia experimentada por las personas en estas posiciones.

Relevante para el tema es una investigación sobre las implicaciones biológicas para la salud de tal inseguridad laboral en la que participé hace unos años. Este trabajo fue dirigido por la Dra. Rachel Sumner y sus colegas cuando trabajaba en la Universidad de Gloucestershire en el Reino Unido.

¿Qué examinó y encontró esta investigación?

En definitiva, esta investigación ha querido extenderse sobre el trabajo demostrando que el desempleo es tóxico para la salud. Investigaciones anteriores habían encontrado que estar desempleado, en comparación con estar empleado, es más dañino biológica, física y mentalmente para la salud. En este artículo, se argumenta que la precariedad del empleo es igualmente tóxica para la salud biológica.

Para probar esto, se utilizó el conjunto de datos de Understanding Society en el Reino Unido, donde seleccionamos a las personas en función de su situación laboral (desempleados, empleados a tiempo completo, autónomos y empleados temporales) para ver si diferían en los niveles de citoquinas inflamatorias, como la proteína C reactiva y el fibrinógeno. Estas citoquinas son algunos de los posibles mecanismos biológicos detrás de la asociación entre el desempleo y las enfermedades del corazón.

Si bien no hubo diferencias de grupo para la proteína C reactiva, se descubrió que los desempleados tenían niveles más altos de fibrinógeno en comparación con los que tenían empleo, lo que los colocaba en desventaja para la salud. Sin embargo, cuando investigamos un poco más los datos, encontramos que el nivel de fibrinógeno en aquellos con contratos precarios (contratos a tiempo parcial/temporales) era similar al observado en el grupo de desempleados, lo que implica que, a pesar de tener ingresos más altos, tenían el mismo riesgo biológico para la salud que los desempleados.

¿Qué es importante en esta investigación?

Es importante por varias razones. En primer lugar, anteriormente se suponía que el empleo protegía la salud. Pero este estudio desafía el dogma e implica que no todo empleo confiere una ventaja para la salud. ¡En particular, se encontró que el empleo precario es tóxico para la salud! En segundo lugar, dado el aumento de la inseguridad laboral, los formuladores de políticas y los empleadores deben abogar por mejores condiciones de trabajo, leyes más estrictas y apoyo para quienes se encuentran en tales situaciones.

Fuente: Psychology today

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